Vida Inmaterial

Presentación «Marymonte»

El título de la exposición “marymonte” fusiona dos contrarios: el mar y la montaña…
“Marymonte” es un término inventado para designar mi afición en los fogones a la hora de cocinar, fusionando en un mismo plato productos de la tierra con los del mar.
Mar Monte o María Monte también podría ser el nombre de una mujer…
En esta serie de 21 fotografías, enfrento instantáneas naturalistas tomadas de la vida, y otras representadas, dirigidas, tanto en el mar como en la montaña, haciendo las veces de decorados de los universos humanos, en especial femeninos, donde dar cauce a las pulsiones del alma y de la razón.
La mujer como río de vida que ilumina la madre Tierra, un planeta que al igual que el ser humano está integrado principalmente de agua.

La exposición consta de 21 fotografías en formato 40×50 cm, estará colgada en Ramses, Madrid, Plaza de la Independencia 4 hasta el día 11 de junio incluido, en horario de 12 de la mañana hasta las 2:30 de la madrugada.

Entrada gratuita

Muy agradecido y honrado por todos los amigos y amigas que quisieron acompañarme en la inauguración de mi exposición fotográfica “Marymonte”.

Sois el aliento para seguir dando guerra…
Como me dijo uno de vosotros ayer: “Nunca tires la toalla, tu batalla nos da esperanza”…

Estamos ahí todo@s, en el camino de intentar ser mejores…




Gracias también a Mariajo Gil, comisaria de la exposición.

 

Presentación TrilORGÍA

Escribo orgulloso por la presentación oficial del cofre con las tres películas de la TrilORGÍA “las 1001 novias”.

Aforo completo a pesar de la pertinaz lluvia sobre Madrid, un coloquio con pesos pesados de la cultura, como Gonzalo García Pelayo, Myriam Mézières y Javier Maqua…

Que se deshicieron en comentarios favorables hacia las tres películas: «Capturar», «Alumbrar» y «Cortar», con los sólidos y fundados argumentos que mentes tan ágiles y preparadas suelen esgrimir…

Todo ello propició un debate muy vivo entre nosotros, repasando cine clásico pero sobre todo de vanguardia, así como de otras artes, en especial la pintura…

Coloquio que contó finalmente con una vibrante participación del público, con preguntas agudas y comentarios muy lúcidos sobre la trilogía “las 1001 novias”, sobre la creatividad cinematográfica, y sobre las relaciones de pareja en la actualidad.

Como colofón del evento, dos memorables actuaciones musicales, la de la inimitable Myriam Mézières…

Que nos deleitó con una de sus últimas canciones, en castellano, cuyo texto y ritmo, así como su propia voz e interpretación, hicieron las delicias de todo el público…

Que también cayó rendido ante el impetuoso rock alternativo y vanguardista de Javier Colis, presentando los temas de su último disco recién salido al mercado, “Notas de abajo”.

Música de vanguardia, innovadora, original e imprevisible, a tono con el acto en su conjunto y la naturaleza de las obras presentadas oficialmente al público.

Por último, mi agradecimiento a la Casa de Castilla la Mancha en Madrid y a la bodega restaurante Don Quijote y Dulcinea, que nos prestaron su espacio para el evento y nos obsequiaron con exquisitas viandas y bebidas…

También a la Fundación SGAE por su ayuda en la publicación del pack de DVDs “Las 1001 novias”, a la prestigiosa distribuidora Cameo, por apostar por nuestra económicamente “humilde” trilogía, al tiempo que “ambiciosa” artísticamente…

Y finalmente a todos aquellos que nos acompañaron y apoyaron con su presencia en este acto, todos y todas personas interesadas por la cultura, ya sea desde su patio de butacas, como desde las trincheras de la creatividad, o desde el púlpito del reconocimiento, que de todo hubo, afortunadamente…

Comprar el cofre

Publicado 31st May 2018 por merinero

Las pistas falsas de las 1001 novias

Recuerdo como si fuera ayer las estupendas críticas que recibió Magaly con ocasión de la prémière de “Los hijos del viento” en el festival de Cannes, “arrasadora interpretación de Magaly Santana”, “una empresa de destrucción fuertemente erotizada”, o como la definían en el time out londinense, “el ángel azul de los años 90”, todo para una actriz natural que me daba lo mejor de sí misma en mi ópera prima.

Magaly Santana
Magaly Santana, Carmen Merinero

Cuatro lustros después anhelaba reencontrarme con ella ante mi cámara. Ese impulso fue realmente el detonante de una película imaginada hace años, que al final han acabado siendo tres films, toda una trilogía sobre mi supuesta vida sentimental, unas películas que califiqué yo mismo de selfies, como si yo mismo retratara mis intimidades, que califiqué también de triLOGÍA deMENTE EGOcéntrica, como si tuviera algo de ciencia, o como si fuera el artefacto de una mente desequilibrada, y como si fuera además un ejercicio de egocentrismo narcisista. A la postre acabé definiendo la trilogía de forma más escueta e “indecente”: Trilogía las 1001 novias.

Vanesa Prieto, Angélica Revert, Hadelah, Sauce Ena
Carmen Merinero, Angélica Revert
Vanesa Prieto, Hadelah, Sauce Ena

Este era el hallazgo: por un lado parafrasear las 1001 noches, y por otra parte, conseguir en su propio enunciado la mejor pista falsa para un documental falso, que precisamente juega todo el tiempo con eso, con el juego de la verdad y la mentira, de las falsas apariencias, de lo real y lo imaginado; en definitiva, sembrando la duda sobre el carácter y la naturaleza de lo que estás viendo, y que está tan al límite que sorprende y descoloca al más pintado. Lo he comprobado.

Simbólicamente trata de algo que se me antoja tan actual como las redes sociales, con sus exhibiciones e intromisiones en la intimidad y la privacidad de la gente. Hay ciertas redes sociales que parecen ideadas para sacar a la luz las intimidades, ¿reales o ficticias?, y ¿demostrar? lo bien que nos va o lo felices que somos, lo guap@s que somos y la de amig@s que tenemos con los “likes” que nos ponen… Una vida virtual que a mi se me antoja de mucho menos valor que la vida real.

Hadelah, Carmen Merinero, Chus Gil,
Mariu Bárcena, Estefanía Muñiz, Carolina Clemente
Hadelah, Montse Berciano, Estefanía Muñiz
Mariu Bárcena, Chus Gil

En fin, en esta trilogía “Las 1001 novias” digamos que yo mismo he creado mi propia red cinematográfica de intromisión, vulnerando las fronteras de la privacidad, tanto de la mía como de aquellas actrices que me han acompañado en esta aventura cinematográfica, que se me antoja de rabiosa modernidad, al extrapolar a la pantalla esas sensaciones de vulneración y de exhibición de la intimidad tan propias de los nuevos tiempos, gracias a lo que han dado en denominar redes sociales, y que personalmente no creo que socialicen demasiado, al menos en el sentido tradicional del término.

Angélica Revert
Carolina Clemente
Carmela García Latorre

Ahora que se publica la trilogía en un pack de DVDs gracias a la ayuda de la Fundación SGAE y que sale a la venta distribuida por Cameo, con un título de nuevo rebautizado, ahora por ellos, como “la trilORGÍA”, dada la muchedumbre de emociones y sentimientos que salen a flote en los films, quiero rendir cuentas de agradecimiento y admiración a tod@s l@s que me han acompañado en este viaje creativo, pues sin su talento y su intuición no hubiera sido posible, desde la Magaly Santana ya citada, que me abrió de nuevo las puertas de su casa y de su corazón en Las Palmas de Gran Canaria, adonde acudí acompañado de una actriz con la que ya había trabajado en “Casting” y “Agujetas en el alma” en 1997, Angélica Revert, tan bella como entonces, transmitiendo verdad y simpatía gaditana.

Sauce Ena
Montse Berciano

A Canarias también vino la actriz Montse Berciano para su primer papel en cine, y que para mi constituye un auténtico descubrimiento, plena de espontaneidad y desparpajo; en especial en su enfrentamiento verbal en “Capturar” con Carmela García Latorre, siendo ésta una actriz superdotada, llena de fuerza y magnetismo, con una vis cómica prodigiosa, con la que ya había rodado tres cortometrajes hace muchos años.

Qué decir de otras actrices poco conocidas pero de gran talento y profesionalidad, como Sauce Ena, con la que rodé una de las escenas más intensas de “Alumbrar” hasta el punto de que me llegó a conmover dándole la réplica, o Carolina Clemente, también con una amplia trayectoria artística en teatro y televisión, que me hizo de comodín en las tres películas de la trilogía, y que casi proyectamos un hijo en una de ellas; o Vanesa Prieto, actriz española que se está abriendo camino en la escena parisina, con la que preparé el personaje por Skype, para tenerlo todo a punto para cuando viniera a rodar a mi casa para hacer de una antigua novia que me “conocía” perfectamente.

Cristina Cantero
Mariu Bárcena, Vanesa Prieto
Sara Tejera

Un placer también volver a contar una vez más con Marta Navas, tras “El viaje de Penélope”, otra actriz profesional llena de verdad; como la joven prometedora Mariu Bárcena, a quien casi consigo liar en escena con lo del poliamor, en “Alumbrar”.

Juntar en escena en una misma película a actrices profesionales con otras naturales, suele dotar de mayor naturalidad a la puesta en escena, pero siempre es un riesgo, del que creo que hemos salido más que airosos; dentro de estas últimas, las actrices naturales, merece mención especial Hadelah, que además de aportar total realismo, se le ocurren sobre la marcha soluciones muy apropiadas para dar mayor verosimilitud a la escena; y qué decir de María Colorado, otra potencial actriz profesional desperdiciada, que casi me convence de que era madre y de que tenía cáncer, la muy ladina; o Lara Afonso, amiga de mi hija a quien conozco desde niña, y donde siempre acerté a ver dotes interpretativas, le di un guión de dos hojas llenas de diálogos por la mañana y por la tarde lo rodamos con total naturalidad, como si ella fuera una aspirante a actriz y yo un asalta cunas; en fin, hasta mi propia hija Carmen se convirtió en actriz natural para la ocasión, haciendo de mi hija, pero inventándose situaciones y conflictos en el rodaje que no nos son propios, y que vistos en pantalla lo parecen; al igual que mi amiga Patricia Villacañas, que es una estupenda cantante pero que no es ni actriz ni ex novia mía, y viendo la película lo parece totalmente; como lo parece también Sara Tejera, aunque esta sí es actriz y sí es exnovia, y que derrocha dulzura y bondad en “Capturar”.

Montse Berciano, Pablo Vázquez,
Angélica Revert, Carmen Merinero
Carmen Merinero

No puedo olvidarme de craks de lo que les echen como Chus Gil, amiga y actriz, que hace de sí misma pero derrochando el talento que tiene innato, al igual que Javier Jurdao, el protagonista de mi película “Un millón de amigos”, que hace un cameo super divertido e ingenioso en “Alumbrar”, o de Cris Cantero, artista de la vida y ex vecina, que se muestra adorable y con la certera intuición que le caracteriza; al igual que con Fernando Villena y López, con quienes actuar de forma natural no es solo un lujo, es tan natural como la vida misma, y que improvisamos una escena entre los tres que parece mentira que parezca tan real siendo tan mentira.

Carmen, Magaly, Montse
Fernando Merinero

Por último, mi agradecimiento y reconocimiento también a amigos y amigas que se prestaron para aparecer en pantalla y que son imprescindibles para dotar a la trilogía de esa supuesta autenticidad y verdad que ellos y ellas atesoran en sus interesantes confesiones sobre la vida y el amor, hablo de Jacob Covadlo, Concha Piñeiro, Yolanda Tabanera, Estefanía Muñiz, María Ortega y Laura de Antonio (estas dos últimas acompañadas de sus lindas criaturas, Marina y Beltrán).

María Colorado
Hadelah
Magaly Santana

No quiero olvidarme de los principales colaboradores que he tenido tras la cámara, y que han sido decisivos para que todo se vea y se oiga como es debido, hablo de Carmen Ortega Viota, Juan Luis de No, Pablo Aybar, Sancho Ortiz de Lejarazu, Odin Kaban, David Rodríguez, Antonio Camarasa, Alex Capilla y Carmen Merinero.

Gracias infinitas a tod@s

Publicado 4th May 2018 por merinero

El genio de la libertad

Ha terminado el mes de marzo, un mes especialmente grato en Madrid para los amantes de Bob Dylan, de su música, de su obra, de su persona, pues nos ha visitado en cuerpo y alma, y por partida doble: musical y cinematográfica.

La primera vertiente gracias a tres conciertos, yo asistí al primero de ellos; y en cuanto a la fílmica, merced a un ciclo que le ha dedicado la Filmoteca Española, exhibiendo prácticamente todas las películas en las que él de una u otra manera era protagonista, ya sea dirigida por él, como por directores de la talla de Martin Scorsese, Sam Peckinpah, Todd Haynes, Andy Warhol, Pennebaker, entre otros…

Especialmente me llena de orgullo que mi película dylanita, “Las huellas de Dylan” haya formado parte del ciclo, y que de alguna manera mi nombre haya quedado hermanado junto a tan prestigioso plantel de directores artistas. Otra cosa más que le debo a Dylan…

Para la sexta gira que recalaba en Madrid capital, la primera como controvertido Nobel de literatura, el destino ha querido un marco muy especial con una acústica a la altura de las hondas musicales que se destilan en sus conciertos, el Auditorio Nacional de Música, donde ha oficiado una vez más la ceremonia como sumo sacerdote de su Iglesia, la iglesia de la dylanología, la de sus fieles, que le siguen, persiguen, adoran, idolatran o admiran simplemente, sin límites, sin peros, sin reproches, hasta la muerte, muchos y muchas darían su vida por Él, no en vano en los sesenta hubo quien le consideró un nuevo Mesías, y a sus canciones, himno, oración y mensaje, ello a pesar de que él mismo confesaba una y otra vez que no se sentía líder de ninguna causa ni quería arrogarse ningún papel superior, más allá de escribir canciones.

Algunos de sus correligionarios de aquella época, como Dave Van Ronk le consideraban ingenuo políticamente, si bien, con el paso de los años y la mirada retrospectiva, según afirma el propio Van Rock en “No direction home” con cierta ironía socarrona, “quizás haya resultado ser el más sofisticado políticamente”; otros le veían como un líder político, capaz de cambiar el mundo con sus mensajes, la propia Joan Báez le veía así y quiso hacer de él un cantante protesta, luchador permanente por los derechos civiles y agitador político, pero Dylan no aceptó, su destino era hacer su música, su música libre, no ser líder de ninguna generación, ni conciencia de América ni de ningún otro lugar, si bien no pudo evitar que, según confiesa la Báez en “No direction Home” de Scorsese, aun no participando en ninguna protesta ni nada político, más allá de la marcha sobre Washington, donde ejerció de cantante pro derechos civiles, les dejó a los cantantes “protestones” el legado de sus canciones protesta, que durante décadas no han tenido mejor alternativa, pues pese al paso del tiempo, han seguido siendo de alguna manera referentes de la “protesta” permanente contra un sistema en el que Dylan no creía, pero del que ha hecho uso, pues para Dylan las canciones protesta eran canciones acusadoras, y además tampoco escribió tantas, ya que él presumía más bien de escribir canciones de amor, de hacer música de mercurio líquido, matemática, y de que sus canciones eran una guía hacia la República Liberada, seguramente la que él ha construido en torno a su obra y a su vida, consecuente con su objetivo de ser escritor e intérprete de canciones, llegar a tener una banda y actuar por todo el mundo.

Una república en la que según escribió en una de sus canciones, Absolutely sweet Marie, “para vivir al margen de la ley, hay que ser honrado”, una república en la que rigen sus tres principios o mandamientos principales, que hizo suyos tras recordárselos el músico irlandés Liam Clanzy: “no miedo, no envidia, no maldad…”

A Dylan ni el entusiasmo ni el amor le han despistado de su rumbo, quizás por la desconfianza que le inspiraron, al ser cosas pasajeras, tanto el amor como el entusiasmo, pues él buscaba la eternidad, a través de sus versos, de sus canciones, construyendo con el devenir de los años, un legado musical sin parangón, quizás a costa del amor y de otros dulces sabores terrenales, el propio Dylan en “No direction home” afirma que “es complicado ser sabio estando enamorado”, muy hábilmente metida esta frase, en el montaje del film, justo tras la confesión de Joan Báez de que le desilusionó Dylan cuando le dijo “no” a sus planes “políticos”; sin embargo, al espectador atento, puede que no se le escape que el interés de Joan no solo era político…

La liturgia dylanita cuenta con fans por todo el mundo, que hacen acopio de todo lo que huele a su ídolo, algunos creen que le conocen mejor que nadie y que solo canta para él o ella, y sin duda, los mejores conciertos que ha dado nunca, aparte del último que acaban de ver, son aquellos en los que han tenido la ocasión de asistir, que son recordados, contados, narrados y glosados como medallas de dylanismo, un territorio intangible e inefable donde se metaforsea el arcano de la felicidad, un misterio, una universidad ambulante donde el que más y el que menos se atribuye sus propias medallas y hace despliegue de sus conocimientos sobre la obra y la vida del genio de Minnesota.

De entre todos ellos, hay algun@s fans que le siguen por todo el mundo, desde hace años, han perdido la cuenta de las veces que le han visto en el escenario, y algunos han perdido hasta la cabeza por seguirle en la carretera, o como mínimo su propia vida, que la viven a través de Él…

A los no iniciados en Dylan, les sorprende que a un mismo artista le hayas visto en escena varias veces, quizás porque no saben que cada concierto de Dylan es distinto al anterior, y desde luego de año en año, de nueva gira en nueva gira, cambia el sonido que acompaña a sus canciones eternas, al igual que desconocen, los no iniciados en Dylan, que sus canciones están vivas y renacen cada vez que las interpreta de manera stanislavskiana, pues las inflexiones y acentos los sitúa de manera distinta, seguramente en función de su estado de ánimo y de su relación emocional en ese momento con cada canción, con esa vivencia que una vez creó y que le acompaña siempre; el propio Dylan, aún muy joven, en los albores de los años sesenta, dijo: “no creéis nada, se mal interpretará, y eso os perseguirá siempre”…

En las canciones de Dylan, incluso en su vida, siempre ha habido un aliento de fatum, de destino, ese que Él acertó a ver en sus inicios musicales, cuando el destino le marcó el camino mirándole fija y directamente a los ojos, a él y sólo a él; quizás por ello escribiera con 22 años canciones como “A hard rain’s a-gonna fall” con estrofas como, “…pero conoceré mi canción mucho antes de comenzar a cantarla…“ que tan poderosamente llamó la atención del poeta Allen Ginsberg, quien veía a Dylan como una especie de chamán hindú, absolutamente concentrado cantando, y a través de su propio aliento tenía control directo sobre su alma y su corazón…

Hoy en día, Mister Dylan, pese a ser ya casi un señor octogenario, con sus 76 añitos de nada, la libertad que irradia su espíritu le hace “forever Young”. Los conciertos de Dylan son un chute de energía, de adrenalina, como dijo una fan anónima en mi película “Las huellas de Dylan” “sales del concierto transportado, con ganas de amar, de vivir, de sentir”…

De nuevo Joan Báez, comenta en la peli de Scorsese, que “si no te llama la atención Dylan, nada, puedes pasar sin él, pero como te llame la atención y lo escuches, tiene un magnetismo tal que te ahonda muy profundamente”, como si fuera una droga muy potente; de nuevo en mi película, un fan británico con el cuerpo lleno de tatuajes de Dylan, confesó que “una vez que escuchas a Dylan y entras en su música no quieres escuchar ninguna otra cosa más…”

Es cierto, cuando llegas a abarcar todo el universo musical creado por Dylan, en estudio y en directo, todo lo demás te puede llegar a sobrar… Es peligroso, pues puedes prescindir de grandes músicos… No es mi caso, desde luego. También es cierto que dada la variedad de estilos, voces, resonancias y máscaras que ha ido destilando a través de más de medio siglo de discos y canciones, no vale con comprarse un disco y ver si te gusta o no; si entras, hay que entrar a fondo, como en la obra de todo artista personal y profundo. Artistas hay muchos, pero únicos e inimitables, pocos…

Querer desentrañar la figura legendaria de un Dylan que ha esquivado permanentemente con sucesivas máscaras su identidad, es labor imposible, es como entrar en un laberinto de espejos donde unos reflejos te llevan a otros hasta perder el sentido de la realidad; él mismo, como buen especialista en marketing antes de que esa palabra siquiera existiera, se ha ido encargando de alimentar su leyenda, que tiene que ver directamente con su misterio, ese que envuelve su obra, su pensamiento, su vida, “sin conciencia de misterio no hay arte”, dijo Hanna Schygulla. Dylan ha sabido ser libre, independiente, misterioso, oportunista y escapista:

Ha jugado con la prensa, ocultándose, encarándose con ellos, vacilándoles directamente, quizás por eso muchos le desprecien, a veces odiándole por no poder evitar amarle, y Dylan a su manera se ha vengado de ellos, en “Anónimos” película escrita y protagonizada por él, donde el personaje maligno no es otro que un periodista sin escrúpulos ni moral, ah, y los políticos y las instituciones, que son unos corruptos…

Ha jugado con los políticos, Carter hacía alusiones constantes a Dylan y sus canciones durante su campaña, cosa que a él le provocaba absoluta indiferencia, al contrario que a Robbie Robertson, líder de The Band, quien lo menciona en su “Testimony” como algo magnífico, digno de admiración; Clinton y Obama le han distinguido con importantes condecoraciones, Obama le impuso la medalla de la Libertad, sin que ni siquiera Dylan se quitara sus gafas de sol para recibirlo; en Francia, nada menos que la Legión de Honor, en España el Príncipe de Asturias de las Artes, que ni siquiera recogió…

Dylan ni ha caído en las redes de la política ni ha seguido sus protocolos, como tampoco ha sucumbido al férreo boato de los premios Nobel, no asistiendo a recibirlo y mandando a una excelente sustituta a hacer los honores, una Patti Smith más emocionada con el acto y su trascendencia que el mismo Dylan en su casa, esperando hasta el último segundo y aprovechando conciertos en Suecia para recoger el premio, y sobre todo el dinero que llevaba aparejado; no deja de ser curioso que alguien anti sistema haya tenido el “mérito” de recibir el más alto premio literario del “sistema”, y encima por una actividad que ha realizado a medias, hay quien no le consideró merecedor, por no ser en sentido estricto escritor, o mejor dicho, un profesional de la literatura, ignorando aquellos que se rasgaban las vestiduras, la magnitud de su obra poética narrada en forma de canciones, pero también impresa en libros y disponible para el goce y la reflexión de cualquier lector, en numerosos idiomas, a lo largo y ancho del mundo, al igual que pueden leer “Tarántula” los que lo compraran en su día, un jarreo continuo de imágenes inconexas de carácter algo más que surrealista, metafórico y caótico, pleno de inventiva e imaginación alucinada, pero más que revelador de la mente ácida del Dylan de esa época, un digno heredero de los literatos beat, en especial de Burroughs; o su autobiografía, “Crónicas”, escrito ya no por un joven artista en la cresta de la ola sino por un sabio señor que sabe mucho más de lo que cuenta; un artista que explotó de creatividad en los años sesenta, esa época en la que, como una vez más, cito a Joan Báez, en “No direction home”, quien afirmaba que “entonces se valoraba al artista por lo que tenía que decir y no por lo que vendiera…” Total, igual que ahora, sin duda parece que vamos hacia atrás…

También considero a Dylan anti sistema en parte porque pese a haberse empapado fundamentalmente en sus primeros años en Nueva York de “la cultura oficial, a él le pareció relamida, un engaño, vamos…”, como el mismo Dylan afirma en el primer volumen de su autobiografía, “Crónicas”.

Probablemente Él encabezaba otra cultura, la de la contra, la que quería cambiar el mundo y logró crear un espejismo de cambio durante un par de décadas… Seguramente acertaban a ver en la cultura oficial una hábil maniobra del poder para entretener al personal… En los últimos tiempos, esto está llevado a unos extremos preocupantes, pues el sistema amenaza el arte libre y la libertad de expresión, que malviven en los márgenes del supuesto “estado del bienestar”… Sigamos:

Dylan ha jugado con sus fans, algunos tan alocados, divertidos y perversos como un tal A. J. Weberman, escritor neoyorkino que en 1970 llegó a hurgar en la basura de Dylan y posteriormente promover una cátedra en dylanología en la Universidad de New York, o aquellos otros fans, una pareja que se colaron en la casa de Dylan en Woodstock, para hacer el amor en su cama…

Sea por el motivo que sea, Dylan ha manteniendo con sus fans una relación sadomasoquista en la que él ejerce de dominador, y cuanto más inaccesible sea a sus ojos, más le idolatran, pues Dylan, en aras de su libertad, nunca ha seguido el camino que supuestamente se esperaba de él, no le importaba perder fans al precio de ser libre, el precio de la libertad es alto y hay que pagarlo:

Decepcionó a muchos cuando se electrificó, cuando rompió la música definitivamente con su trilogía ácida, los tres discos más influyentes de la música del siglo XX, “sabíamos que estábamos haciendo historia cuando los grabábamos”, así lo confiesa Al Kooper en “No direction home”; no se le perdona a Dylan que se retirara al campo tras un accidente de moto incluido, que nunca se sabrá si fue real o inventado, para abandonar las drogas, quizás para escribir “Tarántula”, quizás para dejar la vida en la carretera, quizás para construir una familia real en las montañas y hacer música casi country; defraudó a muchos cuando se hizo cristiano, más aún cuando se hizo predicador de la fe de Cristo en sus conciertos, y qué decir cuando tocó para el papa Juan Pablo II; incluso ahora, cuando le ha dado por cantar y grabar canciones de Sinatra, ha vuelto a perder apoyos, pero a Dylan nada de eso le importaba ni parece importarle…

Dylan es impredecible y eso mucha gente no te lo perdona, que seas libre, la libertad molesta, molesta a muchos prójimos no poder cercenarte, limitarte, encasillarte, saber quién eres, cómo piensas, de qué pie cojeas, como vas a reaccionar, un espíritu libre es un tipo finalmente misántropo, por obligación a veces, pues la sociedad no te acepta si no eres claro, llano, previsible, etiquetable, vamos… ¿Eso te convierte en huraño?, puede, pero, ¿a los ojos de quién?, ¿por qué hay que ser amable, cercano, campechano y próximo, o mostrarte alegre y feliz ante el ojo escrutador de la cosa pública?, ¿por qué parece exigírsele tácitamente esa actitud hoy en día a todo artista? A riesgo de tener mala prensa sino…

Dylan, como todo artista que se precie ha huido de las etiquetas, a riesgo de perder su caudal, que no es otro que su público, un público, el actual, seguramente minoritario comparado con la grandiosidad de su obra y de su leyenda… pero bueno, ell@s se lo pierden.

Los que le hemos seguido y seguimos sus pasos pese a todo, en el fondo le consideramos como uno más de la familia, como un padre espiritual, un guía hacia esa república liberada, la tuya propia, como esos felpudos de bienvenida a la República de tu Casa que sitúas en la puerta de tu hogar…

 

Me tomo la libertad de escribir estas reflexiones dylanianas tras este fulgurante mes, transfigurarme en un fan ya veterano, pero que vive su dylanismo con equilibrio, mesura y racionalidad, después de tantos años creo que conozco las pulsiones de sus adeptos, más después de seguir sus huellas por España durante toda una gira, para acabar haciendo una película, que afortunadamente contó con el plácet de Dylan a través de Jeff Rosen, un film sobre él a través de los ojos de los demás, un poco como el intento siempre vano de desenmascarar al genio; por su metraje desfilaron fans anónimos y también ilustres dylanitas, artistas o creadores influidos por él de alguna manera, como Leonor Watling, que decía “que si se pusiera a escribir una canción con la intención de que le gustara a Bob Dylan no la acabaría nunca”, o el poeta Benjamín Prado, que confiesa a cámara que uno de sus poemas escrito en honor a Dylan, “le llevó mas de media vida redactarlo”, un poema que acaba con este verso: yo nunca he estado solo porque existe Bob Dylan; el propio Joaquín Sabina, que confiesa que Dylan no es su líder ni su maestro pero que le ha copiado todo lo que ha podido… Su influencia es seguramente permanente e inconsciente a veces, como el título del último disco de Sabina, donde colaboraron Leiva y el propio Benjamín Prado, ambos dylanitas confesos. Se titula “Lo niego todo” frase que parece arrancada de la actitud de Dylan ante cualquier afirmación que se hace sobre él: negarlo todo.

Una faceta muy importante en Dylan es la audiovisual, el cine, no en vano, él describió alguna vez su música como visual…

Sin ánimo crítico, haré un rápido repaso a las sensaciones que he sentido al volver a ver estas películas que gracias a la audacia, la fe y el talento para programar de Carlos Reviriego hemos podido disfrutar este mes de marzo en su ciclo «Bob Dylan: el fantasma de la electricidad», título que seguramente rinde tributo a uno de los versos de Dylan más memorables: «el fantasma de la electricidad aúlla en los huesos de su rostro» de la canción «Visiones de Johanna».

La película “Pat Garrett & Billy the Kid”, se me antoja como una elegía poética disfrazada de western, una obra profunda sobre el sentido de la libertad del ser humano, y la lucha del poder contra el individuo libre.

“Bob Dylan, la otra cara del espejo”… Documento nostálgico y melancólico de una juventud pura llena de ideales, que encumbra a un nuevo líder moral, para abuchearle cuando amenaza abandonar la ortodoxia del folk.

“Dont look back”, obra inmensa como documental musical, que se inmiscuye en la intimidad creativa, personal y viajera de una estrella fulgurante del rock, en coqueteo con su poder emergente, lo que el mundo espera de ti, casi un reality show sobre la fama, su gestación y su precio… Un Dylan caótico y efervescente, un jovenzuelo que habla de tú a tu con sus virginales fans y al que la prensa británica califica de anarquista…

“Renaldo y Clara”, película dirigida, escrita y protagonizada por Dylan en el contexto de su gira musical festival circense Rolling Thunder Revue, un hombre, él mismo, que se debate entre dos amores, el terrenal y el celestial, la cama o la carroza alada camino del paraíso. ¿Su Sara, su Joan?, y a la vez un inteligente y agudo ensayo visual sobre la identidad personal y la máscara que portamos. Lástima no poder ver la versión larga de cuatro horas, despreciada en su presentación en Cannes y desde entonces escondida por el propio Dylan, que jugó a ser el Godard de los setenta, aunque según señaló en una ocasión sus cineastas favoritos eran Truffaut y Dreyer. “Renaldo y Clara” es una película muy viril y a su manera sincera… Arranca con un Dylan enmascarado y acaba con un auténtico crooner de los de antes cantando baladas clásicas. ¿Vaticinio, destino, oráculo?

“Trouble no more”, secuencia de canciones en directo durante sus conciertos cristianos, intercalados por secuencias con un actor haciendo de predicador, escenas sobreactuadas que te sacan del trance musical, pero que quizás contextualicen el momento vital del propio Dylan. Probablemente hubiera sido más valioso mantener al Dylan predicador en el montaje.

“I’m not there” Una película críptica y fragmentada, una obra de arte con mayúsculas solo reconocible para iniciados en Dylan, si no lo eres, puede que no comprendas nada de la rica simbología dylaniana del film; si conoces la obra de Dylan, un film realmente resplandeciente, un biopic espiritual y psicológico, la única forma seria de acercarse a Dylan, desde el caos y la mascarada fragmentaria más que desde la narrativa cronológica de hechos comprobados; maravillosa Cate Blanchett y un director en estado de gracia, Todd Haynes.

“No direction home”, de Scorsese, que da la palabra al propio Dylan, que se confiesa a su manera, la del despiste, la del pasaba por allí, película documental imprescindible para intentar atar cabos, sobre sus influencias musicales, sobre sus orígenes familiares, sobre su inventiva, sobre sus vidas vividas y soñadas. La cinta salpica rostros parlantes, no solo Dylan y Joan Báez, sino muchos de los que fueron correligionarios o amigos de Dylan en los años sesenta, con imágenes de sus conciertos de la gira británica de 1966, auténticamente cautivadores y modernos 52 años después… Inquietante e impactante la secuencia en la que un Dylan de extrema lucidez mental analiza un eslogan publicitario que ve por la calle y saca innumerables construcciones verbales de ello, en un santiamén, como un cerebro dotado del procesador más potente de tu Mac… El propio Dylan llegó a afirmar que el estímulo sexual más potente es tu propia mente…

“El concierto por Bangladesh”, donde George Harrison logra la reentré en los escenarios de su amigo Dylan… Una pequeña joya, Dylan y la mitad de los Beatles reunidos sobre un escenario.

Algo parecido a lo que logra en “El último vals”, Robbie Robertson, donde su jefe Dylan acude a cerrar un concierto memorable, extraordinariamente filmado por Scorsese, muchos dicen de esta película que es el mejor concierto filmado de la historia, y yo digo que no debieran perdérselo las nuevas generaciones ni los enganchados a las operaciones triunfitos…

En los “Screen tests: Bob Dylan” de Andy Warhol, se aprecia claramente la cerrazón de Dylan a dejarse capturar por un Warhol con el que seguramente no empatizaba; dicen las crónicas de su choque de egos, seguramente eran incompatibles, pues representaban valores opuestos, la profundidad contra la superficialidad, los valores del espíritu en contraposición a los del cuerpo… Inquietante y reveladora la manera en que Dylan cierra su alma y sus párpados a los ojos de Warholl… Con Nico, Dylan no se cerró tanto…

“Anónimos”, película escrita e interpretada por Dylan, reservándose un personaje claramente alter ego de él mismo, es un apunte desencantado y puede que visionario sobre el futuro que nos espera, ojalá se equivoque, porque ciertamente es un trazo desolador, donde la libertad ha sido aún mas aniquilada y donde la corrupción y las desigualdades son la moneda común… Un mundo deshumanizado, aparentemente despojado de sentimientos nobles… Me hizo recordar un vaticinio, también catastrofista pero certero, de Luis Buñuel, que auguraba un mundo futuro plagado de terroristas y atentados. No se equivocó mucho el genio de Calanda…

De la mía, de “Las huellas de Dylan” no debo hablar, solo reiterar el orgullo de haber formado parte del ciclo y de haberla presentado y debatido con el público.

Estoy cayendo en el síndrome de Leonor, de no acabar nunca un escrito, seguramente ya demasiado largo, pues no está en mi ánimo, no voy a ser tan osado, de sentar las bases de quien es Dylan, ¿quién podría hacerlo?, en todo caso hay innumerables dylanólogos mucho más autorizados que yo en la materia, simplemente especular con que pienso que en su ser late un espíritu libre tan poderoso, que ha llegado a convertirse en la esencia de su persona, el genio de la libertad o la libertad del genio, ¿dónde empieza una y acaba el otro…?, ah, ¡misterio…!

Publicado 2nd April 2018 por merinero

Cinematográfico y etéreo

En el último plano que he filmado en mi vida (hasta ahora), que es el último plano de la película “CORTAR (las 1001 novias)”, tiro la cámara al suelo…

Esa cámara de los tormentos, del festín de las vanidades, de las ilusiones rotas, de las alegrías y los lamentos, de la respiración de mi alma, esa cámara que nunca sabes cuando volverás a coger, a empuñar, como un arma, como un arma que dispara verdades, sin alardes ni imposturas, verdades del corazón, del mío, esa extraña víscera, metáfora del amor, del amor por la vida, del amor por ti, por tus semejantes, por tus amigos, por tus enemigos, por todo lo necesario que nutre el alma de los seres compasivos, esos que habitan el territorio de las lágrimas y del fracaso, esos que se desajustan el cinturón antes de volar hacia un infinito nunca anunciado, jamás previsto, evocador de llantos callados que silencian nuestros arrebatos líricos en forma de absurdos fotogramas que corroe el tiempo y el olvido consciente, el de los ladridos, siempre implacables, el de las vueltas de la esquina turgente y miserable…

La vida se sumerge en la playa de Maspalomas, esa arena fina, blanca, profunda y caliente, tan próxima al mar, que vio alumbrar mis hijos del viento y mis mil y una novias, esa arena cuyo roce alumbró un amor inmortal, por cinematográfico y etéreo… Mis lágrimas de entonces derritieron y regaron la arena del desierto, las de ahora renacen en la misma playa, sobre la misma arena que abrasó mi alma hace 23 años de liturgias de amor, que se hacen verbo, que se hacen carne, que se hacen eco profundo e inefable; en la misma esquina, en la misma playa, los mismos personajes, la misma ofrenda de amor, en la misma negra playa donde planté mi flor de lágrimas contagiosas, renacen de nuevo las sagradas olas de la vida breve y hechicera, tan salada como dulce, tan traidora como auténtica.

AVE CINE de mis entrañas y de mi corazón, a ti te INVOCO y ante TI claudico una vez más, postrado, pero… Por siempre vivo, ¡OH CINE!

Publicado 19th November 2017 por

París/Madrid

Al igual que ocurrió con “Capturar”, la primera película de la trilogía “las 1001 novias”, sucede ahora con “Alumbrar”, la segunda, pues en ambas ocasiones antes de su estreno comercial en España, fueron presentadas en Francia, más en concreto en París, en el contexto del festival de cine español Different.

En las dos ocasiones tuve la fortuna de estar arropado por algunas de las actrices de ambas películas, en compañía de las cuales mantuvimos encendidos y divertidos coloquios con el público asistente, así como entrevistas con algún medio de comunicación.

Ambas películas, muy dialogadas, exigían al público leer continuamente los subtítulos en francés, pero pese a ello, pudimos comprobar hasta qué punto les llegaron a interesar los films, pues todo el mundo se quedó al coloquio y participaron en él con entusiasmo.

A todo ello nos enfrentamos, tanto las actrices como yo, con buen humor y bastante relajación.

En cambio ahora, que estrenamos en España y que ya hay previstos coloquios con el público en varias salas, estoy muerto de miedo… debe ser que me impone mi tierra, Madrid, España.

Si echo la vista atrás, veo que desde el inicio de mi carrera he tenido una cíclica vinculación con Francia, ya la primera proyección pública de mi ópera prima “Los hijos del viento” (1995) tuvo lugar en aquel país, en Cannes, compitiendo por la cámara de oro dentro de la sección “La semana de la Crítica”. 

Tras el certamen, presenté la película en París, Burdeos, Lyon y Nantes.

En mi segunda película “Agujetas en el alma” (1997) uno de los coproductores era francés y conté para la ocasión con dos actrices de esa nacionalidad, Victoria Sáez y Myriam Mezieres, además de parte del equipo técnico, en concreto los de sonido.

Unos cuantos años después, en 2012, fue la propia Myriam Mezieres quien me presentó en el  homenaje que me hicieron la asociación Espagnolas en París y el Instituto Cervantes.

Queda menos de una semana para el estreno en España de “Alumbrar (las 1001 novias)” que tendrá lugar el 14 de julio, día nacional de Francia.

En fin, causalidad o casualidad, y al margen de mi admiración por muchos de los grandes directores franceses, desde Renoir a Bresson pasando por los Rohmer, Truffaut, Godard, Chabrol, Tati, Carax, etc… o por películas rodadas en Francia por directores foráneos, y que están entre mis favoritas, como “El último tango en París” (1972) de Bertolucci, parece que la sombra alargada de la torre Eiffel me persigue… aunque en grandes cineastas, por estos lares no les vamos a la zaga a los franceses, desde Buñuel a Berlanga, pasando por Aranda, Medem, Erice, Saura, Fernán Gómez, Picazo, Gutiérrez Aragón, etc, etc…

En “Los hijos del viento” me exponía bastante, pues aparte de escribir y dirigir, también protagonizaba la película, mezclando en parte realidad y ficción…

 

Como hago ahora con “Alumbrar”, donde de nuevo desnudo mi alma, 22 años después, y contra lo que pudiera pensarse por ser 22 años más mayor, tengo mucho más miedo que entonces, diría que pánico, ante la reacción de la crítica, del público, y en especial de la gente más cercana, amigos íntimos y familiares… solo espero que una vez más puedan disculparme…

Publicado 8th July 2017 por merinero

Sueños turbadores

A los estrenos se llega siempre con mala cara. De no dormir bien.

Hace varias noches me desperté sobresaltado, esta noche igual, por el motivo contrario.

La otra noche, en medio de la noche, me dio por soñar que se estrenaba una película mía y que el público se agolpaba en las inmediaciones del cine, que entraban a mansalva en la sala, qué digo en la sala, en las salas, estaba en varias a las vez, de diferentes países incluso, y colapsaban todos los asientos, hasta en primera fila se sentaban…

Me desperté de golpe, y me vi solo, en mi cama, realmente asustado y aún medio atontado, preguntándome si fue aquello real o no, incluso si sería una fecunda premonición… para caer pronto en la cuenta de que solo había sido un sueño, un feliz sueño que me deslumbró…

En fin, me di media vuelta y a tratar de conciliar de nuevo el sueño, jodido de que la vida no sea un sueño…

Esta noche, en cambio, he soñado que me encontraba solo, en el interior del cine, haciendo guardia bajo la pantalla, y no entraba nadie a la sala, absolutamente nadie, me desesperaba, lloraba, me tiraba de los pelos, me arrancaba la peluca y… me despierto de nuevo sobresaltado en medio de la noche, solo en mi cama, realmente asustado y aún medio atontado, preguntándome si fue aquello real o no, incluso si sería una horrible premonición… para caer pronto en la cuenta de que solo había sido un sueño, un triste sueño que me desquició…

En fin, me di media vuelta y a tratar de conciliar de nuevo el sueño, contento de que la vida no sea un sueño…

¡Caramba con Calderón!

¿Por qué nos animan desde niños a que se cumplan nuestros sueños?

Fotogramas de «Alumbrar (las 1001 novias)» estreno en cines 14 de julio 2017

Publicado 7th July 2017 por

Recetas de amor

Decía don Luis Buñuel, que “el sentimiento más revolucionario de la vida es el amor”. Quién soy yo para desmentirle, si repasando mi filmografía tengo la sensación de no haber hecho otra cosa más que recetas de amor, recetas que no me han servido personalmente, pues pese a las apariencias de una fácil lectura de la trilogía “las 1001 novias”, mi vida sentimental ha sido más un calvario que una verbena, quizás por haber anhelado una independencia (falta de compromiso podrían decir otras voces) que siempre tiene un precio que pagar, el de la incomprensión y la soledad, ésta elegida, aquella, no.

Cuando optas por ir por libre, sin reglas ni caminos, sin metas ni objetivos, sin ideas preconcebidas ni verdades absolutas, te conviertes en una especie de libre pensador que, en algún recoveco del proceso mental, se torna en buscador de si mismo, quizás hasta que te encuentras y ves el niño que siempre fuiste, un hombre niño buscando amor.

Cuando estrenas una película te expones al mundo, yo vuelvo a hacerlo, siempre sin red, caminando por la cuerda floja, esperando que me quieran por ser yo mismo, o al menos por intentar parecer que soy yo mismo.

Porque esa es otra, si diriges e interpretas, es que eres tú, tienes que ser tú, no puedes ser otro más que tú mismo, y entonces la has cagado: ya todo el mundo cree conocerte, y a partir de ahí, tú te ves como desnudo, vulnerable, desnudo frente al mundo sin siquiera la hoja de parra, en el punto de mira de francotiradores que ni te conocen ni te quieren, y claro, te enredas en pensamientos casi obsesivos: ¿me dispararían si realmente me conocieran?, ¿me querrían si realmente me conocieran?, ¿qué más podría hacer yo para que me conocieran?, ¿realmente les interesaría conocerme o prefieren quedarse con la máscara del escenario?… Dylan, for ever…

Total, que te enredas en tal maraña de pensamientos egocéntricos, que dejas de ser libre por ser, o por intentar ser, libre, y no queda otra más que volver a Buñuel, “la libertad no es más que un fantasma”, que sin duda también tiene sus cadenas.

En fin, parece que los sentimientos de independencia y libertad te llevan a los mismos territorios en la vida sentimental que en la vida artística, pero a estas alturas del curso, ¿a qué o a quién te encadenas?, y, sobre todo, ¿para hacer qué…?

La libertad tiene algo en común con el arte, que son inefables, conceptos profundos que escapan a cualquier definición, a cualquier límite, a cualquier reja física, mental o intelectual… un ser libre escapa de la calificación y de la clasificación, es, sí, inclasificable…

Publicado 6th July 2017 por merinero

cine, cine, cine… en la Habana

Cine, cine, cine en la Habana… Podría ser el título de una canción compuesta a medias por dos genios de la música y la palabra, como Luis Eduardo Aute y Silvio Rodríguez, pero no, no es una canción, solo es un sentimiento, el que se apodera de ti cuando tienes la fortuna de asistir al festival del nuevo cine Latinoamericano en la capital cubana. Una urbe bipolar, desvencijada y moderna, anacrónica y polifacética, incomunicada y culta, pobre pero sofisticada, fea y bella donde las haya, con olor a música por todos sus ocres rincones… Una ciudad que sabe a cine del bueno durante las dos semanas que dura el festival, un cine moderno, seguramente en la vanguardia actual del séptimo arte, el latinoamericano, y que se exhibe a manos llenas en salas gigantescas abarrotadas de público inquieto… En esas salas de cine como las de antes, de 2000 butacas y pantalla super gigante. El público habanero responde a la llamada del arte, de la cultura, del cine, del teatro, de la música, sin importarle sufrir colas espectaculares para acceder al teatro, al cine o a la plaza de la Catedral y poder escuchar a su grupo favorito.

La manifestación artística cobra vida por la respuesta entusiasta del público, y otorga sentido al acto de la creación. En ese sentido, asistir al festival de la Habana es como un chorro de vida, de vida sana, pues a los ojos foráneos y por tanto a riesgo de equivocarme, observas cuando te mueves con ellos, con los cubanos y cubanas, en las distancias cortas, te da la sensación de que no compiten sino de que colaboran, y eso puede ser tercermundista o como mínimo anticuado, pero qué se supone que hizo Jesús en el templo de su Padre.

Gracias a la Fundación SGAE he tenido la fortuna de presentar en público mi reciente guion cinematográfico, titulado “La ley de la granja”, una especie de western crepuscular ambientado en una granja de la España de 1969, con dos familias enfrentadas por el poder y la moral. Un conflicto eterno que en los salones del Hotel Nacional de la Habana parece adquirir dimensiones épicas, pues igual te saluda un limpiabotas uniformado que te cruzas en los pasillos con Oliver Stone o con la mismísima Sonia Braga, y la descubres como ser humano, linda, joven, eternamente humana…

Cuando vuelves a España, la gente te pregunta si has notado algún cambio tras la muerte de Fidel, y yo respondo que hay cosas que nunca cambian, como la idea de que todo cambiaría a su muerte, tan arraigada y difundida como desinformada, pues el espíritu de un pueblo parece trascender sobre las cenizas. A veces puede ser más revolucionario mantener la compostura que asomarse al abismo de lo desconocido, ese en el que sucumben tantos de ellos no educados en el combate del capital. En fin, la vida está para vivirla, y prácticamente nadie aprende en pellejo ajeno, así que buena gana de violentar destinos, ya sean individuales como colectivos.

Claudia Rojas se cruzó de nuevo en mi camino, esta vez en el Malecón de su Habana, mi novia de Lázaro for ever que ella quiere resucitar en L.A. con el compañero Roberto Govín, que vive en los USA hace años, mi Lázaro eterno de la Virgen de la Paloma. Claudia sigue conectada a la vida, justo a mitad de camino entre su madre y su hija, flanqueada por sus dos baluartes, y por fin emparentada físicamente conmigo, por su cabello, entreverado y canoso, pero lindo y verdadero.

De la Habana siempre vuelves con más vida, con más ganas, con más energía, máxime habiendo conocido a jóvenes y no tan jóvenes cineastas compañeros, de Chile, de Colombia, de Perú, de México, de Italia, de Cuba, por supuesto, y de reencontrarte con cineastas amigos como Fernando Pérez, o de comer e ir al cine con la querida y admirada actriz Mirtha Ibarra, o con la siempre afable y divertida Luisa María Jiménez, tan popular en la isla que no puedes hablar con ella cinco minutos seguidos sin que alguien nos interrumpa para besarla, abrazarla o soltarla un cumplido artístico.

En fin, parafraseando a Bogart en Casablanca, “siempre nos quedará la Habana”, ah, y la luz de mi querida hija que me acompañó en este viaje, un ser que da mayor sentido al camino por transitar.

En el cine Riviera con mi hija Carmen y las cineastas Gabriela Dominguez, Ina Mayushin y Alessandro Pugno

Con la gran actriz brasileña Sonia Braga, que obtuvo el premio Coral a la mejor actriz

Con un gigante de la música, Silvio Rodríguez

Con la popular actriz cubana Luisa María Jiménez

Con la cineasta venezolana Gabriela Domínguez y la cineasta española Marina Fernández Ferri

En el hotel Nacional presentando el proyecto de «La ley de la granja»

Boceto de una escena de «La ley de la granja»

Con Claudia Rojas en el malecón

Con mi hija Carmen

Con la gran actriz cubana Mirtha Ibarra

La Habana

Publicado 5th January 2017 por merinero

viajero 2016

El 2016 ha sido un año fugaz, como todos, cada vez más fugaces, pero al menos satisfactorio en el terreno personal, gracias en parte a mi película “Capturar”, un híbrido entre la ficción y el documental, entre la verdad y la mentira, entre lo imprevisto y lo calculado, una suerte de falso documental sin intención de serlo, un ensayo fílmico donde se mezclan pasado y presente, humor y amor, vida y cine…

Una película modesta rodada principalmente en mi casa y que a pesar de su factura de producción de andar por casa, ha competido en festivales internacionales de América, Asia, Europa y África, obteniendo en dos ocasiones el premio a la mejor película documental (Delhi, India, y Marbella, España) y en otra ocasión el premio a la mejor película (Bradford, UK).

Esos reconocimientos y festivales me han dado la oportunidad de que el 2016 haya sido un año plagado de viajes, desde California a París, pasando por la India, Cuba o Marbella…

Viajar tanto con una película hecha en casa, de forma doméstica y artesanal, ¿quién lo diría?, la vida está llena de paradojas, como el hecho de que viajando al pasado te encuentres de bruces con tu presente, aún desconociendo inicialmente por dónde ir o adónde llegar… La libre creatividad demanda el estatus de viajero en detrimento del de turista, el viaje del auténtico creador debe carecer de destino conocido, y estar en oposición al viaje programado. Las alas que despliegas cuando vuelas libre hacia tu pasado son las de la sinceridad y las del perdón. Para desplegar las alas de la libertad has de ser consciente de quién eres, de dónde vienes y hasta donde puedes llegar, con el viento a favor o en contra… La libertad es el fruto del conocimiento, no lo olvidemos jamás.

En este año que se ha ido, también he viajado con la imaginación, ¿cómo no hacerlo?, hasta llegar a una granja con animales domésticos y huerta, situada justo el año en el que el hombre llegaba a tocar tierra lunar, 1969, y como entonces, cuando yo era niño y jugaba a los indios y americanos, he visitado a aquel niño que fui para poder escribir el guion de “La ley de la granja” en 2016, una historia turbulenta y cruel, una especie de western crepuscular protagonizado por dos familias que se aman y se odian, porque son las dos caras de la misma moneda. ¡Ojalá pueda rodarla algún día!

Según avanzo en mi escritura, reconozco que he de dar gracias por haber sido tan afortunado en 2016, año que lógicamente también ha tenido muchos momentos tristes, como la desaparición de varios ídolos musicales desde mi adolescencia, o el lento proceso de recuperación de otro gran artista y caro amigo.

Ah!, también recuerdos casi surrealistas, como haber recibido, allá por octubre, una felicitación por el premio Nobel de literatura, ¿quién me lo iba a decir?

A nivel global, olvidándonos de cuestiones mayores como los atentados terroristas, los conflictos bélicos, las oleadas de refugiados huyendo de la barbarie humana, el hambre en el mundo, las injusticias y desigualdades sociales o el cambio climático, y zambulléndonos en cuestiones menores, quizás destacar como algo negativo el continuo e inexorable avance del mundo virtual sobre el real, con la reincidente omisión anual de abrazos, besos y quedadas vitales, sustituidas por las acciones virtuales.

Una lástima ir acostumbrándonos colectivamente a que las movidas virtuales adquieran la condición de vivencias personales. Supongo que ello obedece a un impulso semejante al que nos lleva a ver una película en la pantalla de un móvil en vez de verla en la pantalla de una sala de cine.

Siento que se aminora progresivamente el tamaño humano de las cosas de la vida.

Feliz 2017

Cartel de «Capturar»

Tras recibir el premio en Marbella, acompañado de las actrices Hadelah, Montse Berciano y Estefanía Muñiz

Recibiendo el premio en Delhi

Presentando «Capturar» en París, acompañado de las actrices Victoria Saez, Vanesa Prieto, Angélica Revert, Hadelah, Sauce Ena y Miriam Mezieres

Boceto de una escena del proyecto «La ley de la granja»

Bella ilustración de Bob Dylan creada por Ricardo Rey

Capturar
las1001novias
Trailers de «Las 1001 novias»

Publicado 5th January 2017 por merinero

Nunca el Nobel se lo han dado a tanta gente

Dylan en concierto. Palacio Deportes Madrid 1989. La fotografía la tomé yo

Envuelta en la alegría, una gran amiga en la vida y en Dylan, me ha dicho que es como si se lo hubieran dado a ella, el Nobel de Literatura… La entiendo, porque para todos los que hemos crecido con Dylan, los que le hemos sido fieles toda la vida, los que conocemos sus canciones de memoria, los que le hemos visto un montón de veces en concierto a lo largo de varias décadas, para todos nosotros, Dylan es como nuestro padre, nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro amante… Alguien que siempre ha estado ahí y que siempre estará, porque sus canciones son clásicas, eternas y a la vez pequeñas criaturas que nacen y renacen continuamente, mientras él las exhale al viento idiota de la historia, estaremos cobijados contra la lluvia de la soledad y el desamparo… Son emociones y sentimientos que solo puede comprender y compartir un dylanita de verdad, alguien que haya entrado en su universo creativo, desde luego el más complejo en la historia de la música popular, un universo que no puede ser reducido a premio alguno, pues su obra y su figura mítica desbordan los límites de cualquier premio, por preciado que sea, ya que la grandeza de Dylan precisamente estriba en no haber puesto límites ni etiquetas a su carrera artística, la de un ser esquivo y libre en viaje físico y espiritual permanente, capaz de reinventarse una y mil veces, arriesgándose a caer una y mil veces, sin importarle en absoluto el juicio de la industria, de las discográficas, de la prensa, de los medios, ni siquiera de sus fans, desperdigados por todos los confines de la tierra, muchos en procesión permanente tras Él.

Los de la Academia Sueca quizás no lo saben, pero nunca un Nobel se lo han dado a tanta gente…

Esperemos que la grandeza del Nobel no eclipse en la gran historia la grandeza y leyenda del más libre, inconformista y versátil de los cantantes que han habido.

En fin, Robert Zimmerman, ¿irás a recoger el Nobel o tendrás ese día un concierto en un pueblo perdido…?

Publicado 13th October 2016 por merinero

La caricia que esconde una losa

Hoy me siento feliz porque veo culminada técnicamente mi machada fílmica de estos dos últimos años, una trilogía, tres películas: “Capturar”, “Alumbrar” y “Cortar”.

Pese a ser películas producidas solo con lo necesario, yo me encuentro orgulloso de lo conseguido y del talento desplegado por tod@s aquell@s que me han acompañado en este viaje creativo. 

Semejante “hazaña” constituiría un acontecimiento cinematográfico si yo fuera un director mediático, tuviera buena fama o prensa, o me caracterizara por ser un buen chico, pero como no se da ninguna de estas condiciones, habrá que mover Roma con Santiago para que semejante osadía desborde el dominio privado en aras de alcanzar el dominio público, tan caprichoso y esquivo en un país tan surrealista para todo lo relacionado con el arte y la cultura de la fama, ¡no digamos el cine y sus alfombras rojas! 

Es esta noticia, la conclusión creativa de la trilogía, la que me lleva a compartir con vosotr@s semejante alegría, justo antes de las vacaciones… 

Porque justo después de las vacaciones viene lo peor, lo que más pereza da: mover las criaturas (encontrar distribución, conseguir derechos de antena…) hasta que se pongan en pie y empiecen a caminar por sí mismas, si es que llegan a hacerlo, ¡esperemos que sí!

En fin, tras el gozo de la creación, el calvario de la difusión… La independencia y la libertad son una caricia para crear pero una losa para vender.

En las tres películas me escondo tras la máscara de un personaje que se llama como yo, viste como yo y habla como yo, para realizar un ejercicio cinematográfico donde juego con mi pasado vital y artístico, así como con algunos de mis amores reales e imaginarios.

Simbiosis de vida y arte, de ficción y realidad… Si con “La novia de Lázaro” (2002) la película viva se movía en el terreno emocional, y con “Un millón de amigos” (2007) en el terreno mental, en la trilogía LAS 1001 NOVIAS (2016), he intentado aunar lo mental a lo emocional…

Son películas directas y espero que imprevisibles, como el flujo de la vida, muy personales y vivas, pero inundadas del espíritu humano, y por ello, pienso que universales.

En fin, permitidme ser pretencioso, creo que he compuesto mi gran obra, al menos hasta el momento, un tríptico sobre el amor maduro… Pues como dijo el filósofo: “un retrato íntimo puede devenir universal”… Me atrevo a afirmar que la mujer que no se reconozca en alguna de mis 1001 novias es que nunca ha amado, y el hombre que no me comprenda es que nunca ha sentido pasión por mujer alguna.

las 1001 novias

trailers de las tres película

Publicado 4th August 2016 por merinero

Todo es de color

No soy crítico y esto no es ni pretende ser una crítica, solo un reflejo de mis sensaciones tras su visionado en una sala de cine, como debe ser…

Sentir nostalgia del futuro es sin duda una invitación a la vida, como el arte, como la música, como la poesía, como debiera ser el cine, espíritu de transformación, llamarada hacia la luz, hoguera de amor que no de vanidades… Música, viajes, ansias febriles de vida, en una “road movie” otoñal y eterna, la de las almas libres sin abrigos ni coartadas, machacadas una y otra vez de vida, de perra vida pero de vida en definitiva, el alimento motor de ese “big bang” llamado amor… “Todo es de color” se nutre como aquellas películas sin precio de los años setenta de un espíritu contagioso de libertad, de un espíritu hedonista de búsqueda, de un espíritu vital de ansias de vivir la vida, a tope, libre, sin restricciones, sin cortapisas, y lo hace desde la hondura de los recuerdos, desde la amistad insobornable y sincera, pues toda ella, la película rebosa amor, amor por la vida, amor por las novias, amor por los novios, por los y las amantes, por los seres que la vida te pone en tu camino, por la música, por la poesía, por el arte, por la capacidad transformadora en cualquier individuo que debe tener el arte, el arte auténtico, el de verdad, el que nace de las almas libres, capaces de amar y gozar películas libres para el disfrute de la gente libre, libre de los convencionalismos, de las fórmulas gastadas, libre de los discursos dominantes, libres de los subterfugios de los poderes evidentes y de los tácitos, libres de alma y espíritu, libres y valientes para ser, libres de los líderes de opinión, libres de las dictaduras ridículas de los mercados patéticos, cobardes y represores de instintos y libertades, libres de las puestas en escena, casi siempre ya a estas alturas rutinarias y previsibles, diría incluso que de tan gastadas, decimonónicas… La falsa modernidad que se dicta y casi impone desde los medios dominantes se la debe sudar a un alma libre, a un artista seguro de su talento, a un Quijote que se mide con gigantes y con molinos, que sucumbe a viajes lisérgicos, que se nutre de arcos iris y hogueras en la playa, que se pierde entre tiendas de campaña que florecen en un camping, que viaja en motos que como imanes se dirigen hacia el faro de sus vidas, de sus alegrías, de sus penas, de sus recuerdos, de sus nostalgias de futuro, para una y otra vez en la rueda de la vida, volver a ser ellos mismo con todas sus consecuencias, sabedores del precio a pagar… La vida solo es vida desde el amor y la libertad… Cine y vida se emparentan en este conmovedor film, donde sin subrayados ni énfasis escolásticos se divulga amor libre y libertad para amar. La película es muy macha y valiente, no rinde cultos ni se recrea en sí misma, solo inhala y exhala aires de libertad, donde a veces oigo ecos lejanos del “Renaldo y Clara” de Dylan… “Todo es de color” es toda una invitación a vivir y a vencer los miedos, una apología del amor como valor esencial del alma humana, pues la vida no es nada más que un viaje, hagamos de ese viaje una auténtica aventura, íntima y/o pública, pues en el fondo es lo mismo, si todos somos uno cuando el aliento de la creación sublime te funde con tod@s…

Publicado 24th May 2016 por merinero

día de lágrimas

Sin motivación conocida, hoy me he levantado con ganas de emular mis tiempos en la mili, sí, la hice, y estando en el cuartel, un día de los que me tocó servicio de cocina… (comían 5000 soldados al día) el cabo cocina me encomendó pelar cebollas, en concreto cinco sacos, y lloré, pelándolas durante horas, lo que no está escrito… Pues hoy, como decía, sin motivo aparente, yo, que vivo solo, me levanto de la cama con la extraña misión de preparar un pisto manchego colosal de tamaño y, dispuesto a ello, mientras preparo en el horno pimientos rojos asados, pelo cebollas como un poseso, con el consiguiente lagrimeo incesante… En esas, suena el móvil, me llama mi hija, el corazón más bello y puro que conozco sobre la faz de la tierra, y sin mediar palabra me sobresaltan sus sollozos, sus lágrimas, su imposibilidad para articular palabra, embargada totalmente en lágrimas por la muerte de su anciana perra Nera, linda, noble y fiel perra Nera, descansa en paz querida Nera…

Publicado 26th December 2015 por merinero

aparente calor

Parecía ser tan libre, tan independiente, tan fuerte y autosuficiente, pero apariencias al margen, era muy vulnerable al calor, al amor que traspasa el tiempo y el espacio al mismo ritmo que galopa tu corazón herido… Ese frío que te hiela el alma, el del tiempo pasado, el de las ocasiones perdidas, el del nunca jamás… También las navidades eran eso por momentos, frío glacial y golpes de hielo contra el gran tsunami de aparente calor.

El bajo coste está de moda

No me gusta escribir, probablemente porque he descubierto que cuando escribes con la cámara las pelis son más auténticas que cuando las reflexionas mucho, por eso hago “películas vivas”, otros las llaman “libres”, filmadas sobre la marcha, al albur de la vida, contaminándose el argumento con la realidad que vives, imaginas o sueñas… De nuevo ahora, y por partida triple, me pongo a escribir con la cámara una especie de cuaderno de bitácora en compañía de 1001 novias, un tiempo suspendido de la vida intentando crear vidas paralelas sobre los rescoldos de nuestras vidas reales… Realidad y ficción, personaje y persona fundiéndose…

Sin nada que me distrajera de semejante misión en forma de trilogía, que pensaba inicialmente bautizar como “Sincericidio” por aquello de parafrasear suicidio y sinceridad, como si el exceso de esta te llevara irremediablemente a aquella (en qué mundo vivimos), pero, quizás por no tentar a la suerte ni dar pistas al enemigo, finalmente la he bautizado de forma mas lacónica pero no menos sincera: “TriLOGÍA deMENTE EGOcéntrica Las 1001 novias”, por si me tienen que internar para mirar a fondo lo mío o a mis queridas cómplices (ojalá nos internen juntos), y por el ego, subidito, quizás como terapia al exceso de fracaso, y eso que intento ser muy crítico, en especial con los demás, ahí va una prueba:

Esta semana ha sido la de la fiesta del cine y he ido al cine algo más de lo habitual, ha sido la semana porno, de las colas largas, en doña Manolita, no me he puesto, aún carburo… la de Primark, la he sufrido, atascos de personas en la Gran Vía, no me he puesto, mi patología no es el consumo (afortunadamente), y las colas de los cines, tampoco me he puesto, saqué las entradas por internet…

Vi tres films, uno de un gran cineasta reconocido en todo el mundo dándole vueltas a un terreno por el que ya transitó con más tino, pero bueno, a estas alturas se le perdona todo; al día siguiente di varias vueltas en taxi por una ciudad “prohibida” para ver una peli teóricamente viva, pero con las costuras del amaño evidentes para la Inquisición… El marketing de la prohibición da réditos en unos territorios, en otros no… y culminé el último día de la fiesta del cine, asistiendo al lavado en seco y centrifugado de las más impúdicas vergüenzas de una casta uniformada en nombre del Señor…

Las colas enormes, las salas atestadas… la gente en la calle sin ser la revolución pendiente (la del amor): cines, Primark y doña Manolita… bueno, los bares también, pero eso no es noticia por estos lares de las Españas…

No contento con los tres días oficiales de la fiesta del cine, acudí ayer domingo a un espacio cultural céntrico donde dan a 3 euros la primera película de un director sueco: bajo coste, sincera, desgarradora, reflejo de la actual deshumanización, de una sociedad que tiene que mirárselo…

En fin, empresarios de la exhibición y distribución, las rebajas de enero no duran tres días, ni las de julio tampoco… ¿A qué esperáis?

Ah, por último, termino mi semana más cinematográfica de espectador, ahora que las 1001 novias me han dejado por imposible, viendo una peli en la tele, que presenta su guionista, una mujer, como una obra donde vamos a redescubrir la sexualidad femenina, lo que espera la nueva mujer del sexo… Viendo la película descubren mis ojos escépticos que lo que espera la nueva mujer del sexo es la bipolaridad de Machín, y no estar loco, pasión con uno y calma con otro, y a escondidas, por supuesto… en fin, nada nuevo sobre el mundo, lo mismo que un señor casposo de los tiempos de la dictadura…

Tras el coloquio posterior, protagonizado por el triunvirato responsable del film, dieron una pieza burlona en tono de farsa sobre el cine “low cost”, tratando de ridiculizarlo, identificándolo como un pasatiempo de descerebrados sin el mas mínimo talento ni exigencia artística…

En fin, parece que el bajo coste está de moda, y me fui a la cama pensando en el Imperio Romano y las catacumbas donde se reunían los primeros cristianos, los puros, esos que querían amarse los unos a los otros de forma sincera… El final del cuento ya lo conocen: el Imperio Romano cayó y el Imperio de Roma hoy es el de la Iglesia, los últimos herederos de los de las catacumbas, precisamente los que protagonizan la peli de la centrifugadora de vergüenzas…

“Cine, cine, cine, más cine por favor…”

Publicado 9th November 2015 por merinero

El vuelo del tiempo

El vuelo del tiempo desvela las cicatrices del olvido, arrugando las huellas del recuerdo no vivido.
El vuelo del tiempo desnuda el alma cautiva, prisionera de ficticias quimeras.
El vuelo del tiempo acaricia el llanto susurrado, cubriendo de lágrimas el deseo maltratado.

Alta Films, has sido y serás un referente para los que amamos el cine… «Cine políticamente correcto y cine de autor»

Alta Films, has sido y serás un referente para todos los que amamos el cine

Cine políticamente correcto y cine de autor”

Él era tan políticamente correcto

Que no quiso protestar

Él era tan transgresor

Que no pudo protestar

Él pensaba muchas cosas

Pero siempre oficial

Su pensamiento era único

Lo suyo no era cuestionar

Más bien anestesiar

Él pensaba muchas otras cosas

Para siempre provocar

Su pensamiento era múltiple

Lo suyo era hacer pensar

Para siempre despertar

Él lucía un brazalete

Él traía una flor

El uno, resignado, moría de silencio

El otro, exaltado, moría de gritar

Publicado 19th April 2013 por merinero

el cliente siempre tiene razón

CUENTOS VERDADEROS: Uno de chinos “EL CLIENTE SIEMPRE TIENE RAZÓN”

Hace unos pocos días con ocasión de la adquisición por mi parte de un par de rotuladores en el bazar chino más próximo a mi domicilio, vi la muerte de cerca. Os cuento:

Los dos rotuladores, uno rojo y otro azul, venían envueltos en un solo paquete y se podían adquirir al precio de 1 euro. En principio parecía un chollo, como, por otra parte, lo parecen casi todos los utensilios que se pueden adquirir en este tipo de establecimientos tan cómodos de usar, por su horario y proximidad, ¿quién no tiene un “elegante” bazar chino cerca de su casa?, yo tengo varios, que van en aumento, y que parecen no echar nunca el cierre, ni de día ni de noche, ni festivos ni fiestas de guardar.

El caso es que de vuelta a casa, rasgué el precinto y me dispuse a utilizar ambos rotuladores, pero, para mi sorpresa, no funcionaba ninguno de los dos, ¡pleno! Total, que me calcé de nuevo mis zapatos y bajé al bazar con la intención de que me devolvieran el euro, pero la dependienta china no parecía muy por la labor,  incluso después de comprobar que, efectivamente, no funcionaba ninguno de los dos rotuladores, llamó al jefe encargado chino, quien me ofrecía cambiarlo por otro estuche con otros dos rotuladores. Yo, defraudado con la calidad de los susodichos pinceles, decidí que no quería seguir arriesgando y que prefería comprarlos en la papelería autóctona más cercana, de manera que educadamente solicité me devolvieran el euro, cosa a la que se negaban en rotundo, como quiera que me puse muy cabezón, asegurando incluso que no me movería de allí hasta que no me devolvieran el puñetero euro, pero les daba igual, la máxima comercial esa de que “el cliente siempre tiene razón” no debía venir en el libro rojo de Mao. Tampoco parecía importarles un carajo a la pareja de chinos el hecho de que exigiera pusieran a mi disposición el libro de reclamaciones, ni sabían lo que podía ser eso, probablemente porque no tienen sus papeles en regla o por su limitado conocimiento de la lengua castellana, en la que la dependienta china pronto empezó a decir una sola palabra de forma insistente “loco”, apelativo dirigido cariñosamente a mí, que pronunciaba la buena señora cada dos segundos aproximadamente, la tensión iba creciendo, de hecho el encargado chino sin decir una palabra en castellano decía muchas en chino, mandarín o lo que fuera, frases que desde luego no parecían amables, máxime conjugadas con unas miradas asesinas que regalaba a mis atónitos ojos. El euro en el fondo me daba igual, era una cuestión de orgullo o de dignidad quizás, pero el caso es que estaba íntimamente resuelto a no irme de ese antro hasta que no me devolvieran el euro de la discordia, el chino se enfurecía más y más ante mis demandas, empezó a rasgar papeles y arrojarlos al suelo de forma destemplada, a alzar sus manos contra mí y apretar sus puños y dientes con toda la fuerza de que era capaz, que feo se ponía el hombre, yo incluso empecé a imaginar que lo mismo el muy chino era un experto en artes marciales y le suponía capaz de reducirme con un par de llaves y mandarme al otro barrio o, lo que es peor, a algún inmundo restaurante chino ya troceadito y todo. Tras el último gesto de violencia consistente en estrangular con sus manos imaginariamente mi cuello a una distancia de varios centímetros de mi garganta, y comprobar ambos chinos, que ni me amilanaba ni me iba por donde vine, por fin el jefe se decidió a ordenar con gritos de furia a la dependienta que me devolviera el dinero, ella protestó pero sacó un euro de la caja de caudales, y me lo arrojó de forma destemplada al tiempo que retomó su mantra contra mí: ¡loco, loco, loco…! Cogí el euro y les di la espalda, caminando hacia la salida del establecimiento comercial con pasos firmes pero pausados, al tiempo que era aclamado por un coro de voces chinas que me dedicaban esas bellas palabras: ¡loco, loco, loco…!, a dos voces por fin, ¡pleno!

El caso es que, loco o cuerdo, semejante anécdota me llevó a reflexionar sobre lo sucedido, y producto de esos superficiales pensamientos es este simple poemilla filosófico cómico, que espero os divierta y/o prevenga:

“JOLÍN CON LOS CHINOS”

Jolín con los chinos

Qué ansias

Se lo apropian todo

Sin cielo ni infierno

Culpa ni perdón

Deshacen a Mao

En todo el Bazar

Que ahora es global

Los chinos despiertan

Sin Confucio ni moral

Su partido es comunista

Su pueblo desigual

Está lleno de clases

Que diría Carlos Marx

De ricos empresarios, políticos corruptos

Multimillonarios y pobres de solemnidad

Lastrados en un globo de ojos rasgados

Sobre vuelan una valla

Que ya no sirve para ná

Ansiosos de mundo

Han abierto su muralla

Y nos quieren conquistar

Qué pena de chinos

Sin Confucio ni moral

Publicado 31st March 2013 por merinero

sonidos del alma

No pienses tanto, estás inmovilizado,

haz, haz,

me decía una joven mujer policía,

haz cosas, no pares de actuar.

Ten calma, piensa antes de actuar,

piensa, piensa,

me decía una joven mujer abogado,

no te dejes llevar.

Vente, vente ya,

vente a mi lado,

me decía una joven mujer delincuente,

juntos podremos volar.

A quién haces caso,

me decía una mujer temperamental,

a tu corazón o a tu pensamiento.

Iré a tu encuentro con los dos,

le dije de inmediato,

y entonces podremos soñar.

Publicado 21st March 2013 por merinero

cincuenta soles

Cincuenta soles

Cincuenta lunas

Noches de luna llena

Caricias y deleites inmortales,

Días de luz radiante

Alegrías y aceites esenciales,

Cincuenta nubes

Cincuenta brumas

Nublan la vista

Destemplan el alma

Publicado 3rd March 2013 por merinero

lo que quiero ahora

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Solo quiero eso. Casi nada o todo…

Ángeles Caso

Publicado 14th January 2013 por merinero

presagio de vida

Oscuro, valiente y tenebroso, presagio de vida, presagio de amor, concede al misterio su dulce dolor, con tu sonrisa enarbolando el viento de la ausencia y tu corazón rodando entre las olas del infinito mar de tu soledad, llora mi niña, llora de amor, bombea tus lágrimas de corazón a corazón, total conexión, envuelta tu alma en la frágil caricia que adorna una flor, ebria de belleza, colgada y devota no sientes apenas calor, pues toda tu dicha no tiene la miel del sabor, qué frío hace afuera, pero tarde o temprano habrás de oír su voz, la voz que más amas, tu herido corazón, profundo y visceral, manso y fatal, divino y humano, respira mortal, capaz de todo incapaz de nada, nuestro huerto florido se columpia en vendavales irracionales que agitan mi tempestad y mi calma, con toda mi osamenta mecida al raso de tu voluntad, pero a cubierto de la ira celestial, ocaso de dioses, fatal necedad, sentir lo que siento y no poderlo expresar, bendigo tus ojos pues sé que ahí están, sintiéndolo todo y fluyendo no más.

Publicado 13th January 2013 por merinero

El niño que miraba el mar

Hoy caminaba hacia el Teatro Español de Madrid, a ver al Aute que hay nuevo LP, cuando de repente en la calle del Carmen tropiezo con una horda de ciudadanos devotos del azar y del gordo de Navidad, haciendo inmensas colas ante el despacho de doña Manolita, eran centenares de individuos que a buen seguro habrían de pasar horas a la intemperie a la espera del ansiado boleto que les ha de cambiar sus vidas, ateridos de frío parecían formar parte de un triste y procaz rito; al observar detenidamente sus rostros sin disminuir mi paso, me entraron ganas de huir, huir muy lejos, a los mares del sur como mínimo, a Samoa por ejemplo, como si de una nueva Ítaca se tratara, y ello por dos motivos, por el extremo frío reinante en este agonizante otoño de Madrid, y por otra causa no de menor enjundia, el interrogarme qué pinto yo en esta civilización tan condenadamente materialista, que hace infinitas colas para comprar un décimo de lotería pero no para ir al cine o al teatro; tan solo una hora después el propio Aute sobre el escenario del Teatro Español recordaba una cita de Einstein: “solo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana”, a lo que añadió Eduardo con buen humor: “y de la primera afirmación tengo mis dudas”…

El caso es que no cambié mi rumbo hacia Samoa sino que navegué hasta la plaza de Santa Ana, donde Aute presentaba su nueva criatura: “El niño que miraba el mar”, inspirado en el enfrentamiento fotográfico entre el niño de dos años Aute en Manila mirando el mar, y el Aute anciano niño eterno de 69 años en el malecón de La Habana, también mirando el mar; de ese mirarse en lo más profundo de uno mismo retrospectivamente surge un bello cántico de nueve canciones y media que vuelven a destilar poesía, espiritualidad, esperanza, alegría, amor, sexo, sensualidad y todos aquellos dones sagrados que atesoran las bellas almas, como la de Aute, un artista complejo y completo, que demostró una vez más su compromiso con el ser humano, con la sociedad, con su tiempo, con el milagro del amor que es su santo y seña oración y mensaje, zambulléndonos a todos en un Teatro Español abarrotado en un carrusel de emociones instantáneas y eternas pero reconocibles en un orgásmico vía crucis de pecados solitarios y colectivos…

En julio de 1978 Dylan cambiando de guardia me hizo sentir París como mi propia casa; en diciembre de 2012 Aute mirando al mar me ha hecho sentir de nuevo a Madrid como mi hogar… “Bye, bye, Samoa”, los adictos a las luchas del espíritu humano que hemos escuchado las canciones de Aute esta noche han borrado de mi retina el mal rollo de la cola de doña Manolita; con artistas como Aute nuestras almas no necesitan hacer colas a la intemperie…

Publicado 12th December 2012 por merinero

dos despistados

Sucedió una vez que dos despistados, al juntar sus miradas, se orientaron, y caminaron de la mano hacia la luz…

Sucedió una vez que dos despistados, al juntar sus manos, se quemaron, y corrieron de la mano hacia el fuego…

Sucedió una vez que dos despistados, al juntar sus cuerpos, se abrasaron, y cayeron de la mano hacia el infierno…

Sucedió una vez que dos despistados, al juntar sus cenizas, se pulverizaron, y no fueron más que polvo enamorado…

Sucedió una vez que dos despistados, al separar sus manos, se despistaron aun más, y vagaron hacia ninguna parte…

Sucedió una vez que dos despistados, al llegar a ninguna parte, juntaron de nuevo sus manos, y pasearon plácidamente hacia la luz…

Publicado 30th September 2012 por merinero

Hasta siempre Toledo… (Carta a mis queridas almas, aquellas que me acompañaron en la aventura toledana)

Dicen que no es conveniente volver al lugar del crimen, yo me he quedado unos días más, evocando, recordando todos esos momentos tan mágicos vividos durante esta aventura humana y fílmica que ha supuesto “Haz de tu vida una obra de arte”, respirando la soledad del trance, después de todas las tempestades vividas, vino la calma, sentir el corazón de una ciudad como Toledo, que ha latido conmigo, la he sentido mía, poderosa, antigua, grave, viva, envuelta en el esplendor de un decorado fantasma, inundado de calor y de luz, deambulando como alma en pena por sus calles, he sentido el vértigo de la muerte, de la huida, de la sangre, del amor, de la pasión, sin necesidad de túnel alguno ni de luces blancas poderosas, he visto mi vida pasar, salpicada de aventuras y episodios intensos, hasta llegar a este, tan fuerte, tan dulce, tan amargo, tan vivo, tan vital, tan letal, tan desproporcionadamente gozoso y cruel, salvaje y dulce, enamorado, humanizado, violento y misterioso, como el amor…

Hoy por fin he vuelto a Madrid, a la realidad, desde Toledo, mi casa, mi hogar, mi ciudad de las últimas cuatro semanas (que han parecido un siglo), mi hermoso lugar de esa aventura llamada HAZ DE TU VIDA UNA OBRA DE ARTE, volveré al lugar del crimen, no os quepa duda, siempre se vuelve al lugar donde la vida te ha hecho feliz, al sitio que has amado, a la mujer que has besado con toda la intensidad del universo…

Para muchos de vosotros, aquellos que habéis trabajado en la película, quizás Toledo ya sea historia, espero que maravillosa, para mi ha sido hoy mismo la despedida, gozosa, luminosa y triste, envuelto en recuerdos y emociones, me despedía emocionado de ese hotel Fontecruz que ha sido mi hogar dulce hotel, con Laura, Javier, Isidro, Carolina, Marta, Ali, Sonia, seguro que me dejo alguno, ¡cómo nos han tratado!, que de gratitud les debo…  Al traspasar definitivamente las puertas del hotel me pudo la emoción, pues allí se quedaba un pedazito de mi alma, como se ha quedado otro gran pedazo en La Cubana, Pepe y Mari cuidarán de él, ¡como nos han acariciado nuestros paladares!, con tanto amor, más que cocina casera ha sido la cocina de nuestros padres, han sido eso, nuestros padres, gracias eternas Pepe y Mari… por alimentarnos tan bien, tan copiosamente, con tanta paciencia y ternura, os juro amistad eterna…

También se queda un pedazito de mi corazón en ese Castillo de San Servando, de nuestros amores y de nuestros quebrantos, lo hemos puesto patas arriba y quizás inmortalizado, gracias Félix y todo tu equipo de trabajadores… Hasta siempre habitación 204, adiós caja de zapatos… Hasta siempre torreones y almenas, hasta siempre armaduras y espadas toledanas, hasta siempre a esas piedras, que han sido nuestro refugio, nuestra guarida, nuestro eterno set de rodaje…

Queridísima Valle, solo tu y yo sabemos lo que nos ha costado esta película, y no hablo de euros… La de idas y venidas, encuentros y desencuentros, viajes arriba, viajes abajo, gestiones, sinsabores, gozos, lo que nos ha costado, ¡Dios!, sangre, sudor, lágrimas, heridas, cicatrices, risas, llantos, alegrías, encuentros, desencuentros, shocks, flores, poemas y brisas marinas… ¡Lo hemos logrado, ya respira nuestro hijo…! Gracias infinitas por todo lo que has batallado por esta producción, por sugerir el castillo y conseguirlo, por el hotel Fontecruz de 5 estrellas, por la luz nocturna del castillo, por las rutas toledanas, por La Cubana, por los vinos de Iniesta, por los masajes de Jorge, en fin, por todo, seguro que se me olvidan muchas cosas, en fin, por desvivirte en una película que no es tuya, es nuestra, de todos, en una producción que no es tuya, es de todos, en un texto que no es tuyo, pero que sin ti no existiría, sin tu estar ahí, sin tu inspiración, sin tu latir, sin tu respirar, sin tu mano… la eternidad puede contenerse en un instante, y la patria de uno, el país de uno, la tierra de uno, ser única y exclusivamente la piel de otro ser humano…

Tote, gracias por tu confianza y por tus olés, a ti Eladio, gracias una vez más por tu confianza, por tu amistad, por tu bondad, sabes que te adoro… Gracias a Aitor, de Cinetel, por vuestra comprensión y generosidad extrema… Seguro que se me olvida alguien…

Gracias infinitas, equipo técnico, todos estamos en el mismo barco, ojalá llegué a buen puerto, os puedo asegurar que teniendo un equipo pleno de buenas personas y profesionales de vuestra talla es muy fácil manejar el timón, os quiero expresar públicamente, en este foro, mi agradecimiento y reconocimiento, a ti Peña, por tu trabajo, tu carácter, tu desvivirte por obtener la mejor fotografía posible, a ti Fran, por ser mi sombra y mi bastión, por tu cariño y comprensión, a ti Alberto, por ser mis ojos, mi cuadro, por tu madurez y tu saber estar, a ti Javier Camarasa, por tu buen hacer, por tus consejos, por luchar por obtener el mejor sonido, a ti, Mario, por dejarte la espalda con la pértiga, por tu humor, por tu sencillez, a ti, Carlos, por tu juventud y profesionalidad, por llevar tan bien el foco, como un experto de 22 años, a ti Guille, por tu trabajo infatigable, por tu aliento, por tu forma de nunca desfallecer, enhorabuena por todo lo bueno que te ha regalado la película, a ti Lucía, también enhorabuena, mi agradecimiento, por velar como lo has hecho por todos, con tanta madurez siendo tan joven, a vosotros Raquel y Enrique, bastiones primigenios en un Toledo entonces en abril, tan primaveral en nuestro rodaje, por vuestro trabajo, apoyo, por dejar París para estar a mi lado, a ti Alejandro, por tu trabajo infatigable, por tu comprensión, por darme afecto, a ti, Miriam, por tu cordura recuperada, por tu alegría y simpatía, por saber apartarte discretamente en aquel momento de llanto y pasión inconmensurable, a ti, Sandra, por tu alegría juvenil y contagiosa, a ambas por desviviros para que todos los actores y actrices salgan más bellos y bellas, a ti, Miguel (producción) por tu educación, por tu correción, por tu disponibilidad, a ti Miguel (iluminación) por tu denodado trabajo, siempre en la sombra pese a jugar con luces, a ti Jorge, por tus masajes, aun me debes uno, a ti Antonio, por ser tan amable, servicial y profesional, gracias por tus horas de insomnio regaladas a la película, ¡qué grande eres!, a ti, Carmen, por vestir a los intérpretes en la distancia, a ti Eponine, por tu rapidez y profesionalidad, a ti, Jaime, gran amigo, por tus fotos, y sobre todo, por tu humor, tu simpatía, tu cariño y por tu amistad incondicional, a todos os debo agradecimiento eterno, pues tras varias películas muy individualistas, me habéis hecho amar y reconciliarme con el rodaje colectivo, por la creación colectiva que supone una película, a todos os llevaré siempre en mi corazón, os lo prometo solemnemente…

Espero que todos sepáis disculpar mis cambios de humor y mis exigencias, todo lo he hecho al dictado de la pasión, la pasión por el cine, por esta película, por nuestra película que he rodado, o al menos lo he intentado, siguiendo las consignas de maestros como Renoir, que recomendaba no aspirar nunca a la perfección, pues es un camino equivocado, haciendo caso también a los consejos de Bertolucci, que recomienda rodar cada plano como si fuera el último plano de tu vida… El primer plano que rodamos en esta película, ¿casualidad o causalidad?, fue de Loreto echando la simiente en la tierra, y el último plano rodado, el beso apasionado de amor de Plácido y Claudia: Semilla y pasión… Disculpadme la tensión que a veces he provocado, una película es un monstruo que te devora y posee, te vampiriza y provoca que ruedes poseído por una energía con frecuencia irreconocible… pese a todo, ¡qué buen rollo ha habido en el rodaje!, es mérito vuestro compañeros y amigos…

Y el equipo artístico, Analía, gracias por tu escena, memorable, breve, intensa, gracias por regalarme una escena tan breve alguien como tú, que protagonizó tantas películas, a ti, Jaime, gracias por dejarte liar una vez más, ya van dos, acabarás en AISGE, jejeje… A ti, Aitor, gracias por sacar el niño travieso siempre que te lo he pedido, gracias por tu seriedad y por tu entrega, por escucharme y seguirme a muerte; a ti Isabelle, gracias por tu profesionalidad, por tu talento y sensibilidad, por darme tanta seguridad desde el primer día con ese pedazo de escena, a ti Luis, gracias por creer en mi, por tu amistad, por tu carácter, por componer un tronco tan maravilloso, a ti Enrique, gracias por tu dulzura, simpatía, sensibilidad, por tu amistad y cariño hacia mi, y por hacerme llorar viendo tu escena de confesión a cámara, a ti, Valle, por crear esa Estefanía tan salvaje, atrevida y memorable, por tu carácter y fuerza, por convertirte en una volcánica y voluptuosa actriz de cine, pero a la vez tierna y adorable, a ti, Daniela, por sacarme también unas lágrimas, en esa escena que tu ya sabes, gracias por tu bella e incondicional amistad, justo desde tus 18 añitos, fíjate, pasa el tiempo y ahí estamos… (Gracias a tu madre, por ese maravilloso dibujo del castillo), a ti, Ramón, gracias por tu amistad, por tu sentido del humor, por ponerte a mis órdenes por tercera vez, a ti Sandra Marchena, por ser tan dulce y buena, por tus palabras, por tu humor surrealista, por tu sonrisa, por tu alma, por haber encarnado esa Loreto tan entrañable…

Hasta siempre Toledo, pedazito ya de mi corazón… Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida…

Publicado 2nd August 2012 por merinero

Cuando nos queramos dar cuenta…

Mañana retomamos el rodaje de HAZ DE TU VIDA UNA OBRA DE ARTE, ya la última semana, cuando nos queramos dar cuenta todo habrá sido un sueño, un dulce sueño de largo despertar, un sueño vivido, soñado, imaginado, recreado, un sueño reparador, gozoso, caótico y luminoso del que uno no quisiera despertar jamás, pues se siente acunado por siempre en los cálidos brazos de unos actores y actrices que están entregándose a la película en cuerpo y alma, con tanta generosidad como cariño, hacia mí, hacia todos, hacia aquello por venir, tan abstracto y evanescente como los dulces sueños que se extinguen lánguidamente con la diurna aurora de nuestra mente consciente, un rodaje, una meta, una película, un dulce sueño de largo despertar, vivido, soñado, imaginado, recreado, un sueño reparador, gozoso, caótico y luminoso del que uno no quisiera despertar jamás, pues se siente impulsado al infinito y más allá por el esfuerzo, el talento y la generosidad de un equipo técnico que funciona como la mejor de las maquinarias, perfectamente engrasada, en aras de un fin común, tan difuso como luminoso, una suerte de conciencia extraña, envuelta en el sólido misterio de lo inaprensible, de lo poético, de lo vital… A estas alturas del rodaje solo tengo palabras de agradecimiento hacia un equipo artístico y técnico que gozan de tanta calidad profesional como humana, lo que me hace sentirme orgulloso y satisfecho al haber tenido la suerte de reunirlos para algo tan especial como engendrar una película… No sé si lograremos hacer una obra de arte, de nuestra película, de nuestras vidas, presentes y futuras, pero pese a ello, sí siento haber sentido muy próxima vuestra total implicación y vuestro cálido aliento, que me ha dado alas para llegar hasta aquí… Ya queda muy poco, lo justo para acariciar suavemente la idea de concluir con éxito algo más que un rodaje, una maravillosa experiencia humana que creo a todos nos dejará alguna huella…

Publicado 18th July 2012 por merinero

Brasas, ruido y dolor

Se me pasó el tiempo, se me pasó, el tiempo energético y primaveral de las ilusiones desnudas despojadas de interés y aliadas con el vértigo del descalabro, se me pasó, se me pasó el tiempo de los entusiasmos ciegos, de los ritos iniciáticos del corazón, se pasó de largo, como una pluma ingrávida pero veloz, como la flecha del Cupido eterno, el que te hiere una vez más, el que te recuerda tu envoltura mortal, de sangre y lágrima.

Se me llegó el tiempo, se me llegó, el tiempo luminoso del amor pacífico, del amor otoñal, recubierto de brasas, ruido y dolor, se me llegó, se me llegó el tiempo de empezar otra vez, una vez más, a evitar los riesgos quebradizos de la pasión tortuosa, esa que te alimenta de la intensidad vital que me hiere y condena, que me eleva y enriquece, esa que no puedo evitar, degradar ni olvidar, y me sumerjo de nuevo en ti pasión otoñal del nuevo atardecer primaveral que se escapa al calor estival del invierno perdido por venir a caer donde siempre me encontrarás corazón de mi vida, de mi ser, de mi espíritu eterno, ese que te reconoció, vida tras vida… para volver al punto de partida una y otra vez más, sin límite, como tú, hasta el infinito y más allá…

Publicado 21st June 2012 por merinero

Ámame

“Ámame” gritó desesperadamente… Fue su primera palabra tras quince años de silencio, después de tres tristes lustros de tristeza y soledad, confundido, exhausto y atemorizado por el tiempo que volvía cíclicamente a repetirse, anunciándole, ya en su medievo vital, y a voz en grito, todos aquellos sueños por cumplir, por sentir, por vivir, pues todos ellos parecían estar a punto de caducar, y amenazaban con nunca jamás volver a doblar su esquina de polvo, miel y barro…

En ese preciso instante de lucidez, tan solo unos momentos antes de gritar “Ámame” desaforadamente, él comprendió que su vida ya solo tenía sentido con ella, junto a ella, a su lado, dentro de ella, acariciando su hondura y su superficie; él descubrió, como en una mágica visión cargada de destino y luz, que sus vidas se pertenecían mutuamente, que él era ella y que ella era él, que su sexo era continuación del de ella y viceversa, que su alma ya no le pertenecía del todo, pues ella estaba presente continuo en su alma gemela de media naranja, y él en la de ella… Ella, precisamente ella, esa mujer a la que tan poco valoró al conocer, y que pese a ello, acabó formando parte indisoluble de él, de su vida y de su biografía, pasada, presente y futura, llegando a ser explicación y sentido de todo aquel conjunto de huesos, aguas y neuronas, pues ella quiso y supo derrumbar todas las reservas y todos su miedos, los de él, a la vez que construir todas sus esperanzas, las de ambos, para así poder comprender, después de años estelares de silencio sentimental, e instantes antes de gritar “Ámame” desgarradoramente, que ya no le valía la pena vivir sin amor, que ya no podría vivir sin él, sin el amor… Ella escuchó entonces su propio grito anhelante, ansioso y gozoso, como si de una invitación a galopar contra el viento se tratara, y su tímpano roto respiró aliviado por fin, pues logró admirarse, ya solo faltaba amar, sin plazos, sin pausas, sin límites… “Ámame”…

Entonces se miraron en silencio, vehementemente durante unos minúsculos instantes, justo después de aquel momento de lucidez que le llevó a él a gritar “Ámame”, y justo antes de aquel abrazo interminable que les inundó de nuevas y vigorosas lágrimas de ilusión, de la ilusión más bella, pura y vieja, la del amor…

Publicado 1st December 2011 por merinero

La crisis de la CULTURA versus la cultura de la CRISIS


Hoy me ha llamado la atención la noticia que avanza la intención de la Real Academia de la Lengua de llevar a su diccionario palabras que hoy en día encabezan los titulares de los periódicos, y que hasta hace bien poco, aun existiendo, eran acepciones desconocidas para el común de los mortales, tanto su existencia como el significado de su concepto, se trata de términos como: recapitalizar, prima de riesgo, deuda soberana, etc… Con las mismas, me animo a coger el diccionario de la lengua de nuestra Real Academia, y buscar el significado de la acepción “cultura”, no sé por qué, de forma inconsciente… De raíz latina (justo de esa Roma con la prima de riesgo italiana tantos siglos después a punto de explotar en crack económico total) significa etimológicamente “cultivo”: resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio de facultades intelectuales del hombre. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial en una época o grupo social. En su acepción popular sería su significado el siguiente: conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo… En fin, parece que la cultura, la mires por donde la mires, tiene que ver con el intelecto, el pensamiento, la imaginación, la tradición, las costumbres, la vida de los pueblos, de los hombres, de las mujeres, de los seres humanos, en su auténtica dimensión racional… Todo ello me lleva a pensar que probablemente hoy se esté librando una dura batalla entre la cultura y la economía, entre la razón y el consumo, entre el ser humano y el dinero… Probablemente estas ideas son propias de mi imaginación, de mi fantasía, al fin y al cabo, mi cultura, mi forma de vida es crear, inventar historias, imaginemos por un momento que todo ello fuese o pudiera ser cierto en un futuro, quizás lejano, entremos en el juego, imaginémonos un escenario donde el tema recurrente a diario de la crisis económica, el paro, la crisis financiera, la deuda soberana de los Estados, y las primas de riesgo que se disparan, en este extraño pulso entre los mercados (El gran capital) y los pueblos (representados teóricamente por sus legítimos representantes elegidos en las urnas, es decir, los políticos) es un campo de batalla virtual, lleno de ordenadores, gráficos y dígitos, principalmente números verdes y rojos… Pensemos que llevan todas las de ganar los primeros, los mercados, ese ente abstracto que gobierna y maneja de facto los intereses de los confiados ciudadanos de a pie, no hay que ver más que la marcha atrás de Papandreu y su referéndum para tener buena prueba de ello. Sin que esté en mi ánimo ser catastrofista ni agorero, me da la sensación que lo de Papandreu y Grecia es solo la punta de un iceberg que apunta más alto: pronto será Italia, luego España, más tarde, ¿Francia…? Los Estados irán cayendo, no podrán pagar sus deudas… Pensemos que el ataque de los mercados va contra la moneda única, el euro, una extraña moneda que se antojaba como el revulsivo para unas cuantas economías medio periféricas de Europa, y finalmente puede que sea el verdugo de unas cuantas de ellas, que, seguramente no debieran haber entrado… El planteamiento en sí ya era absurdo, la misma moneda para Alemania y Grecia, no hay más que comparar los salarios de un país y del otro, o de la propia España; sin embargo, la irrupción del euro trajo consigo un encarecimiento real de la vida muy por encima de lo que iban reflejando los IPC anuales, mientras los salarios no subían en esa misma proporción que las cañas de la vida, por mucho que los economistas y los encargados de trasladar esos coeficientes lo certificaran… No hace falta ser economista para darse cuenta de que probablemente era un regalo envenenado, ¿de quién, de Alemania, de Francia, de ambos, de Gran Bretaña, que no querían entrar en el euro ni a tiros…? Tampoco hace falta ser economista ni muy listo para percatarse de que el boom inmobiliario habido en España en los últimos años fue el causante de una aparente y falsa riqueza, y de una productividad irreal, por innecesaria, pues no era producto de una economía real sino especulativa, y que ese mismo boom inmobiliario, convertido en burbuja o, mejor dicho, en bomba incendiaria, puede ser en definitiva el causante de nuestra pobreza, esta vez ni tan aparente ni tan falsa, con cientos de miles de casas esperando comprador, al igual que los bancos, esos mismos bancos que hay que recapitalizar para que no caigan, no así a los ciudadanos que se arruinan y pierden sus casas, a esos solo hay que olvidarlos, no hay dinero suficiente para recapitalizarlos ni salvarles de la hoguera inquisitorial del Dios Dinero, pues ese montante económico es necesario para evitar la caída de esos bancos que se han quedado con sus casas, que se forraron construyéndolas, vendiéndoselas y ahora, o sino tarde o temprano, embargándoselas… Pero volviendo al campo de batalla, decía que este ataque de los grandes mercados de capital contra los individuos, tiene como objetivo acabar con el euro, pero también con la propia clase política, que no crean por si mismos ni trabajo ni riqueza, y ni siquiera ya gobiernan de facto, pues desde el momento que obedecen consignas al dictado de los mercados, están renunciando de hecho a su obligación como depositarios de la soberanía popular: gobernar por y para los ciudadanos, en nombre y representación de ellos, vamos… que no son súbditos del Poder económico, pero en esta guerra donde los políticos traicionan no solo a sus ciudadanos, sino también a sus principios y sus programas, todo con tal de complacer al poder económico, a ese ente abstracto sin alma ni corazón que se ha dado en denominar “los mercados”, que no es otra cosa que el dinero de los poderosos, siempre ocupados en ver dónde lo ponen para que produzca (crezca) más… Ese ente abstracto que se tragará a los políticos traidores en cuanto no sean necesarios para sus pérfidos intereses, lo que ocurrirá justo al final de la última batalla, una vez que hayan ganado su guerra…

Los políticos voceros justifican en medio de la reyerta sus bajadas de pantalones en nombre de una supuesta y elevada misión: salvar a los Estados de la ruina, a la que han llegado por su ambición también, por su afán de vivir a crédito, por encima de sus posibilidades, y sobre todo por un deseo permanente de crecer, crecer a toda costa, producir, vender y tirar, en una cadena interminable, producir, vender y tirar… Esto es el consumismo en esencia, y las sociedades mercantilistas de consumo, tan obsesionadas con el consumo, la producción y el crecimiento… Con semejantes argumentos, nos tienen a todos acojonados en las trincheras, sin decir esta boca es mía, sin salir, sin menear el rabo, sin protestar ni poner el grito en el cielo… ¿a todos?, no, a todos no, a un grupo irreductible de galos encabezados por Astérix… ¡ah, no, esa era otra historia, mucho mejor que esta!; en esta que nos ocupa y que voy inventando con ustedes, con vosotros, con vuestra colaboración, solo hay un grupo irreductible, bueno, muchos, los indignados, los del 15M, los de la Puerta del Sol, los de Wall Street, los de Londres… eran pocos al principio, cada vez serán más… No están aliados ni afiliados a ningún partido, probablemente sepan los cabecillas o ideólogos de estos movimientos, que de seguir la batalla así, perdurarán más tiempo que los ejércitos políticos con sus partidos tradicionales, pues al igual que en las primaveras árabes se manifestaban y luchaban contra sus dictadores hasta derribarlos, en este campo de batalla virtual de Europa occidental, los seres humanos habrán de manifestarse y luchar contra el dictador del mercado, el dios dinero con su santísima trinidad: producir, consumir y tirar…

Y volvamos a la tradición, a la cultura, ¿era esa nuestra cultura?, nuestra cultura ancestral… ¿producir, consumir, tirar?, pienso que no, que es relativamente moderna, y probablemente errónea, pues mete mucha prisa, mucho estrés, mucha frustración y encima se carga el planeta… Probablemente la humanidad haya pisado demasiado el acelerador en este cambio de siglo, como si al igual que en el cambio del anterior milenio pensaran que se iba a acabar el mundo y se pusieron todos a beber, comer y follar… Lo mismo esta obsesión por el crecimiento, por crecer y crecer a toda costa en los albores del siglo XXI no sea más que una sublimación freudiana del cambio de milenio, o el último daño colateral del efecto 2000 que en su día se dictaminó como inocuo, ¿quién sabe?…

Si pensamos detenidamente en ello, podríamos llegar a convenir que la Cultura del diccionario de la Real Academia es hoy más necesaria que nunca, pues seguramente ha llegado el momento de pisar un poco el freno, o como mínimo levantar un poco el pie del acelerador, cosa lógica al entrar en una curva tan pronunciada como parece ser la crisis económica de este campo de batalla virtual… Probablemente el mejor estratega sea el que lo intuya antes y pise el freno antes de caer por el precipicio y dé marcha atrás… de nuevo como Papandreu con el referéndum, pero al revés, y dar marcha atrás al capitalismo salvaje, que no conduce a la felicidad ni al bienestar de la gente, solo de unos pocos (una infinitésima parte de la población mundial, que curiosamente subyuga a la inmensa mayoría, ¡vaya democracia!, la de las ínfimas minorías, es como si en las próximas elecciones generales, el gobierno de España se encargara al líder del partido menos votado, o como si el Goya a la mejor película se lo llevara una de Merinero, sin ir más lejos… Tras esta digresión, retomo la batalla, pensemos que lo mismo es interesante buscar otros valores, pero, ¿dónde buscarlos? Respuesta: ¡ya está!, en el gran capital de siglos y siglos de civilización humana, en el culto, no a las religiones, ni al mercado, con ese otro tipo de fanatismo que es el consumo, sino en el pensamiento, en la reflexión, en la búsqueda espiritual, en uno mismo, buscar en nuestro interior nuestros intereses reales, oírnos, escucharnos, hacernos caso, obedecernos, ser nosotros mismos, no un objeto consumidor programado para consumir objetos de consumo, lo mismo es pertinente volver a la comunicación autentica de los individuos (tocándose, mirándose, abrazándose) no tanta red social, que son un espejismo tan absurdo como el consumismo (uno puede hacer en un día en Facebook más amigos que los que ha hecho en toda su vida real durante tropecientos años, ahora, ¡llámales para pedir un favor gordo, a ver qué te chatean…!)… Sin salir del campo de batalla virtual, imaginemos que somos capaces de pensar por nosotros mismos y no dar por bueno todo lo que la publicidad, la tele e internet nos vende, ni siquiera los medios de comunicación de masas, que probablemente son sospechosos como mínimo de obedecer a otros intereses que no son los tuyos, sino más elevados… tomémonos como soldados inteligentes el tiempo de reposar las ideas, nuestras acciones, analizarlas y sopesarlas con calma… Cultura y calma, dos conceptos a tener en cuenta, dos valores contrapuestos radicalmente a la rápida especulación inmobiliaria que ha traído una rápida crisis… Pensemos que el mercado de la productividad y el consumismo exacerbado trabajan muy rápido, sin descanso, son capaces de fabricar y vender vehículos que corren a 200 kilómetros por hora con suma facilidad, de construir carreteras y autovías comodísimas donde yendo a 120km/h da la sensación al conductor de que está parado, y sin embargo, ¡olé por la contradicción, tan perversa!, no puedes ir a más de 120 km/h porque te multan, te quitan dinero y puntos, so pretexto de que lo hacen por tu bien, para que no te mates, y para ahorrar, para consumir menos combustible y proteger el planeta… En fin, sin comentarios… No, mejor sí, con comentario: eso es como si uno quisiera comprarse un yate, y para ello decidiera ir guardando todos los días en una urna la calderilla de céntimos de euro que le sobran antes de meterse en la piltra… Volviendo a los 120 por hora, valgan como metáfora simple, y elemental si quieren, de lo frustrante que es el capitalismo y el consumismo exacerbado, pero esa es la regla de oro de él, tenernos en permanente estado de deseo y frustración: poder ir a más de 120 pero no nos dejan, no podemos, es también una forma sutil de tenernos permanentemente en estado de minoría de edad, tratarnos como a niños vamos, provocándonos a transgredir algo para luego reprendernos y hacernos sentir culpables por usar simplemente los juguetes que nos han traído los Reyes Magos… Nos quieren en estado de atolondramiento, desconcertados y asustados, deseando algo superior siempre, algo inalcanzable, obligados a luchar hasta la extenuación por conseguir una chorrada supina que solo nos alimenta el ego, no el alma, mierda envuelta en papel couché, vamos… Y el caso es que en esencia no está mal crecer o aspirar a ello, el problema es que el crecimiento que estimulan los mercados en los seres humanos guarda siempre relación con aspiraciones materialistas, y no espirituales, intelectuales, culturales o artísticas… A los mercados les joden los pensadores, los filósofos, los artistas, los libre pensadores, los autodidactas, los independientes, los seres libres desapegados de lo material y afanados en su crecimiento personal, humano y moral, que me han dicho que es el más enriquecedor, agradecido, intenso y divertido… Vivir con todas sus consecuencias, vivir tu aventura personal, la que te va alumbrando tu vida, tu biografía, tu espíritu, y no la que te dictan las férreas reglas del consumo: producir, vender y descatalogar (para el sujeto activo) trabajar, comprar y tirar (para la víctima del sistema o sujeto pasivo)… Recordemos ese aforismo popular tan cierto: no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita… En estos últimos tiempos en el campo de batalla se especula mucho con la necesidad de educación y sanidad públicas… por supuesto que son necesarias, pero de poco sirve estar sano y bien educado, provisto de títulos universitarios si no participas de la cultura, pues la cultura en todas sus manifestaciones es la que nos eleva como seres humanos y nos hace libres… No la educación ni la salud sino la capacidad de ser libres, de pensar por nosotros mismos…

Estamos de lleno instalados en la cultura de la crisis, de la que solo podremos salir superando la crisis de la cultura… Ayer lunes dieron en la tele un debate cara a cara entre los dos principales candidatos a la Moncloa, creo que no me dormí y no recuerdo haber escuchado que nadie pronunciara la palabra cultura ni una sola vez… Los políticos dicen en campaña que hay dos maneras de salir de la crisis: la de ellos (la buena) o la de los otros (la mala)… Pensemos que tienen razón: hay efectivamente dos formas de salir de la crisis, en eso aciertan, solo en eso, en el número (2) pero no en el contenido, estas pueden ser las dos maneras diferentes: 1. A base de insistir en el gastado y caduco consumismo exacerbado de la productividad absurda siempre in crescendo, en una extraña huida hacia delante que se llevará por delante el humanismo y a la clase política tal como la hemos concebido hasta ahora… Y 2. A base de cultura, el rumbo de salida será más lento pero mucho más enriquecedor humanamente hablando y mucho más intenso desde el ángulo vital… de vida, ¿recuerdan?, eso que hacemos en este mundo: vivir…

Probablemente ese deba ser el destino de la vieja Europa, y no competir con esos países emergentes, tipo India, China, Rusia, etc… cuyas economías todopoderosas solo producen sin razón, mafias, desigualdades extremas, injusticias sociales y un consumismo hortera de nuevos ricos… En el campo de batalla virtual de la vieja Europa puede que soplen pronto vientos propicios para el género humano, de nuevo de igualdad, libertad y fraternidad…

No se me antoja fácil la misión que tienen los políticos por delante, hacer de cortafuegos en el campo de batalla que se habrá de librar, tarde o temprano, entre el dios dinero (el mercado) y las grandes masas de población, pues la clase política, antes de que hayan traicionado todo y perdido su menguadísima autoridad moral, para lograr que todo vuelva a estar en orden, incluidas las cuentas y volver a esa olvidada economía real, de producir lo que se necesita, aún están a tiempo, antes de desmantelar los tejidos productivos, incluidos esos tan culturales, tradicionales y necesarios como son el campo y el ganado, la agricultura y la ganadería, a la que seguramente en este país haya que volver en parte… No está mal, al menos ahora con los avances tecnológicos uno puede vivir en el campo y llevar una vida social (virtual) posmoderna y cosmopolita gracias a Facebook y twiter… Los jóvenes de hoy en día (esos que no tienen trabajo, futuro ni expectativa alguna aun teniendo cierta formación, y que están atontados, anestesiados con sus Iphone, Ipad, con sus redes sociales y sus contactos en Facebook, twiteando todo el día, esos son los llamados a abanderar esta nueva revolución, de volver a la cultura humana, que de nuevo ha de pasar por esos tres valores de la vieja revolución francesa: igualdad, libertad, fraternidad… Esta vez sin que rueden cabezas ni se afilen guillotinas, de algo nos tiene que servir la cultura… Salud compañeros y compañeras…

Publicado 9th November 2011 por merinero

Feliz cumpleaños Bob

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Hoy, 24 de mayo de 2011, Bob Dylan cumple setenta años. Se apodera de mi un sentimiento extraño cuando miro hacia atrás y trato de recapitular, de expresar qué ha supuesto Dylan para mí, qué ha movilizado en mi alma, qué ha supuesto en mi vida, qué huella indeleble me ha dejado, se me hace extraño imaginar una vida sin Dylan o qué sería de la mía sin su figura, sin su música, sin su ser, sin su influencia, sin la intermitentemente constante, valga la paradoja, lectura, interpretación y reinterpretación de su obra, de su vida, si es que pueden ir desligadas, de su espíritu, de sus máscaras… de sus idas y venidas…

A mis ojos y oídos adolescentes llegó un buen día la fascinación por lo diferente, a ese Fernando de quince años le sacudieron los tímpanos y le embriagó unas cuantas noches de eterna soledad, la escucha de canciones míticas como “Mr. Tambourine man”, “Just like a woman” “I want you”, “One of us must Know”, etc… de un casete de grandes éxitos, el volumen I que se editaba de Dylan en España… Aquello sonaba tan distinto a todo lo que hasta entonces había escuchado, allá por el año 1973… eran canciones que parecían salmodias religiosas, desgarradas, a veces himnos, a veces oración, otras alegatos, con una guitarra guerrera y áspera, una voz nasal e incómoda al oído, una armónica libre e iconoclasta; todo ello aderezado con unas armonías ignotas para mí, nunca escuchadas… El caso es que me atraía poderosamente ese sonido, ¡qué maravilla la curiosidad juvenil, nunca hay que perderla!… y sufrí una especie de epifanía de fino mercurio, que me llevó a pensar que en lo más íntimo de esas canciones latía algo muy profundo que conectaba con mi espíritu ancestral, quizás con el espíritu humano, y por tanto, había que adentrarse hasta el fondo del corazón de esas sospechas… En mi casa, la de mis padres, todo aquello provocó que pronto impusiera mi ley adolescente, esa tiranía de tan vehemente edad, para que en la radio gramola lo que más se escuchara fuera Dylan, y que para desesperación de mis padres, tuvieran que escuchar esas hondas casi marcianas, en vez de otras más terrenales encarnadas por Beethoven, Doña Francisquita o los coros del ejército ruso, entre otros… En 1978, con veinte añitos recién cumplidos, leí en el periódico que Dylan daba una gira por Europa, había conversaciones para traerle a España, quizás con el promotor Gay Mercader… Recuerdo aquello como si fuera hoy mismo, ¡qué explosión de alegría!, imaginar que por fin le puedes ver en directo, en concierto, como aquellos que estuvieron en la isla de Wight, o los que presenciaron el concierto de Bangla Desh, o los que tuvieron la fortuna de asistir a la mítica gira con The Band por América en el 74, o los que fliparon con el carrusel musical circense de la Rolling Thunder Revue en el 76… En fin, muchos vimos el cielo abierto, pero pronto se truncó, pues pocos días después se confirmaba que Dylan no venía a España… Tras la frustración inicial, no caí en el desánimo, investigué, y descubrí que el sitio más cercano a los Pirineos por donde iba a recalar el genio de Minnesota era París, así que, ni corto ni perezoso, anuncié en casa que me iba a París a ver a Dylan… Como no podía ser de otra forma, se rieron bastante de la iniciativa, claro, ellos no comprendían que para mí era cuestión de vida o muerte, y como sucede en estos casos, no pudieron evitar que me largara a París, a la aventura, sin casi dinero, y sin entrada… Actuaba Dylan durante toda una semana en un pabellón, antiguo matadero, con capacidad para diez mil personas… Y yo, en las taquillas, justo el 7 de julio de 1978, desesperado, con la mayor depresión de mi vida: no queda ni una jodida entrada… Pero al poco se acerca hacia mí, directamente, sin dudar, camina hacia mí el vivo retrato de Dylan, un joven francés de pelo rubio ensortijado, embutido en una chaqueta de piel que recuerda al Dylan de la portada de “Blonde on Blonde” y me pregunta en francés que si tengo entrada, le digo que no y me regala la que le sobra. Yo no daba crédito, estaba desbordado por la emoción y embargado por un acontecimiento de naturaleza mágica, sobrenatural, pues de inmediato el chico había desaparecido ante mis incrédulos ojos, se esfumó por arte de magia, quizás era un ángel o puede que un fantasma… El caso es que me dio la entrada y tuve el honor de asistir a ese mítico concierto, mi primer gran concierto, nada menos que Dylan y en París… Justo diez años después del mayo del 68, París era de nuevo una gran fiesta de la contracultura… o al menos eso acerté a creer yo al escuchar las proclamas que lanzaba la gente por las calles y el metro camino de la Bastilla… A unos cuantos oí gritar que Dylan era Dios y que había tomado París… En aquel tiempo, para muchos Dylan era Dios, el nuevo mesías… Hoy creo que lo sigue siendo para unos cuantos por todo el mundo, pero ya no lo gritan al viento…

Desde entonces siempre que ha venido Dylan a España le he vuelto a ver en concierto, incluso hice una película titulada “Las huellas de Dylan” en su honor, como homenaje a tu ídolo eterno, una sentida película documental donde ponía el foco al otro lado del backstage, como una especie de espejo deformante de la mítica “Don’t look back” de Pennebaker, en este film se retrataba en formato documental una gira de Dylan del año 1965 por Gran Bretaña, y la cámara estaba siempre con él, en el escenario, en el backstage, en los hoteles, en los coches, en los trenes, en la carretera del rock and roll… Mi propuesta, la de “Las huellas de Dylan” también era de carretera, seguir una gira de Dylan, en el 2004, que curiosamente también empezó un 7 de julio (como en París, pero 26 años después) y esta vez por España, para poner el foco en los otros, en sus fans, en los que le siguen, en los que le han seguido toda su vida, en aquellos a quienes ha inspirado e influido de manera capital, en sus vidas, en su música, en su arte… Las huellas de Dylan en nuestro país en definitiva, donde algunos hablaban sobre Él desde el complejo mesiánico, pensando que Dylan tiene la verdad y es la vida, los más exaltados, otros le siguen do quiera que vaya, con centenares de conciertos a sus espaldas por toda Europa, otras hacen auto stop por el mundo enamoradas aún de él, como la alemana Silke, y de lo que significa, pero encontré público y fans de todas las edades y generaciones… Creo que también en eso Dylan es único: aglutina en torno a él público de todas las edades, ¿por qué, qué misterio encierra?… Pero junto a personajes anónimos, también hubo espacio en “Las huellas de Dylan” para personajes públicos, destacados de nuestra cultura, desde Sabina a Aute, pasando por Amaral, Loquillo, Christina Rosenvinge, Benjamín Prado, Leonor Watling o Pablo Carbonell, entre otros, incluso nuestra ahora ministra de cultura Ángeles González-Sinde, que fue compañera mía en un master de guión cinematográfico en la Universidad Autónoma, y yo aún recordaba que un día me contó que fue la intérprete traductora de Dylan con ocasión de su primera gira por España, en 1984… ¡Qué suerte!, y me lo dijo como si tal cosa, quizás estaba destinada a ser ministra… En Madrid actuó en el campo del Rayo, en Vallecas, adonde fui con mi hermano David, a la sazón él entonces tenía 19 años y también era fan de Dylan, creo que se lo había inculcado yo… Volviendo a mi película, a “Las huellas de Dylan”, me interesaba retratar el cráter del meteorito más que su vuelo, su efecto más que la causa; adentrarme en el misterio Dylan a través de su eco, de sus resonancias, introducirme en las retinas del otro, de ese Dylan ignoto y enmascarado, EL OTRO con mayúsculas, que son los demás, sus demás, sus otros… el reflejo que sus innumerables máscaras proyectan en ellos… Todos los entrevistados evidenciaban su relación emocional con Dylan, y lo que les ha influido, la huella en definitiva que ha dejado en sus vidas y sus obras… El caso es que yo preferí permanecer al margen de dichas opiniones, no quise ser juez y parte, preferí ser un espectador imparcial que da su punto de vista en el montaje, no quise ser director del film y a la vez especular con su posible influencia sobre mi persona o mi obra, su huella en definitiva… Acabé la película y me llenó especialmente de orgullo que el mismísimo Dylan solicitara verla para autorizar o no la inclusión de veintiocho canciones que yo pretendía incluir en su metraje… Afortunadamente a Dylan y su entorno les gustó el film y no pusieron problema alguno, solo facilidades…

Para mi Dylan supone, por encima de cualquier otra consideración, la personificación del arte. Si el arte se hubiera de hacer carne, elegiría a Dylan, creo que pocos como él han llevado al límite esa simbiosis entre obra y vida. Siempre me ha fascinado en él esa capacidad innata para reinventarse y reinterpretarse continuamente, que lo lleva al paroxismo en la reinterpretación de su descomunal obra, una colección ingente de auténticas joyas musicales, centenares de canciones que forman parte de nuestro acervo colectivo, y que me fascinan entre otras cosas porque están vivas, porque evolucionan con los tiempos, porque cada vez que las toca de nuevo, varían, es como si los tiempos que siempre están cambiando, fueran moldeando también sus canciones, versionadas una y mil veces por él mismo y por tantos y tantos artistas que siguen magnificando su obra, la de un Príncipe de Asturias de las Artes que no pudo venir a recoger el premio porque tenía actuación ese día… Alguien como él, que se debe a sus fans, a los que castiga con su indiferencia sobre el escenario, pero a los que regala una gira interminable e ininterrumpida, la “Never ending tour”, esas son las hermosas paradojas de la vida… que en estos tiempos que corren, donde todo es global y mediático, donde estar presente continuamente en los medios de comunicación es el marchamo del éxito efímero, él prefiere (lo prefirió hace ya muchos años) estar fuera de ese circo, instalarse en el de la gloria, no en el del triunfo perecedero… Seguramente saber que la posteridad te está esperando es más gratificante para el alma, que zambullirte en el carrusel de la fama; Dylan, que a mediados de los sesenta pudo conseguir lo que quisiera, quizás hasta ser presidente, prefirió ocultarse de los grandes focos, y que fuera su obra la que se expresara por él, no las campañas de prensa ni de marketing ni las ruedas de prensa multitudinarias, sino su arte, su trabajo, sus conciertos, su particular aquelarre de carretera interminable, como si estuviera permanentemente revisitando la Highway 61…

No entiendo a esos cantantes que tocan una y otra vez e interpretan una y otra vez sus canciones de la misma manera, con los mismos arreglos, con las mismas entonaciones, con los mismos sentimientos, aunque pasen veinte años, siguen interpretándolas exactamente igual que las compusieron, las escuchas en concierto y pareces estar escuchando el corte del disco primigenio… Y los fans se complacen en ello, ¿es que está muerta la canción?, ¿no ha variado nada?, la música popular debe estar viva, ser un ente autónomo que va moldeándose con el tiempo… Eso creo que le convierte a Dylan en el artista más moderno (Aute también lo hace, ¡bendito sea!, revisitar su obra: el pensamiento no puede tomar asiento) siempre en la vanguardia del presente, del instante, sabedor de que una canción, como un poema, como una película, como una idea, ha de ser un ente vivo en continuo desarrollo y crecimiento, no ser restringido a los vaivenes del comercio, ni al éxtasis del triunfo mediático…

Sus canciones son eternas porque están vivas, se renuevan a cada nuevo soplo del viento, de la vida, de la esencia humana, como humildemente he tratado de hacer con mis películas, intentar que fueran como pedazos de vida, pedazos de vida lanzados al viento, al mismo corazón del espíritu humano… Quizás gracias a ti y a tu inspiración e influencia, gracias querido Dylan, my spiritual father, sin ti quizás nunca habría llegado a adorar a Aute o a comprender tan bien a Sabina, ni a admirar a Patti Smith como la admiro, o a saber que el “boss” en realidad no es el jefe sino uno de tus alumnos aventajados, viejo maestro…

Mucho se ha escrito sobre Dylan y sobre su personalidad, casi siempre esquiva, esquinada, envuelta en misterio, inclasificable, protegida tras sus máscaras, pero en realidad, ¿quién le conoce?, ni su propio hijo Jacob Dylan afirmaba conocerle… Robert Zimmerman parece haber jugado siempre a alimentar su enigma, ese que le envuelve en una capa casi mágica, sobrenatural, pero el Dylan hombre, ¿quién es, qué es?, ¿un poeta, un cantautor, un libre pensador, un farsante, un gran cantante, un místico, un filósofo, un humanista, un líder generacional?, ¿quién sabe?, quizás sea todo eso y mucho más, o puede que simplemente un ser humano solitario, huraño y bondadoso al que la sociedad de su tiempo quiso convertir en líder generacional, cultural, musical, político y de opinión, pero él prefirió ser solo juglar… Para mi Dylan ejemplifica la esencia de un espíritu libre, alguien que ha conquistado por derecho propio alcanzar el estatus de independencia radical, ese lugar utópico para todo artista, donde la verdad se expresa desnuda, desprovista de coartadas, trampas, y requiebros… Admiro en Dylan como interpreta, como canta, como enfatiza y vocaliza, como mira, como siente sus canciones, creo que sus canciones son más suyas que las canciones de nadie, y como son suyas, forman parte de su alma, las reinterpreta continuamente, actualiza, moldea, cincela cada día, son su traje, su mono de trabajo, que no siempre tiene los mismos pliegues ni las mismas manchas, ni las mismas arrugas, él lo sabe, y lo cuida, pues son su propio ser, creo que Dylan ha creado un monstruo de inconmensurable belleza, centenares de canciones vivas que forman parte de su conciencia y quizás de la conciencia universal, aunque la mayoría no las conozcan, pero ese no es el problema de Dylan, es el de aquellos que no las conocen… Ellos y ellas se las pierden…

Considero a Dylan un ser libre, auténtico y sincero, que no se traiciona, no nos traiciona, se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, aceptar o no sus decisiones, sus flirteos con el destino, con la espiritualidad, con la música, con la mística, con la religiosidad, pero no son posturas de marketing, creo que son auténticas, y tienen la fuerza de la verdad, de las verdades del alma… y el alma humana en esencia es contradictoria, ¿por qué perdonar y disculpar nuestras contradicciones y no las de nuestros mitos?, ¿no pueden ser humanos?, ¿no les permitimos ser de carne y hueso?, ¿por qué no puede cantar para el Papa de Roma por dinero?, ¿por qué no puede pontificar vehementemente desde el escenario como si fuera un púlpito durante sus años de confusión?, ¿por qué no puede extraviarse como todo hijo de vecino y luego encontrarse, o caer y levantarse? Hasta Jesucristo dudó, y Dylan no es Jesús, Dylan no es el nuevo mesías, algún día morirá pero no hará falta que resucite, porque nunca se irá del todo, estará para siempre entre nosotros, siempre joven “Forever Young”, siempre luminoso, siempre tan joven y tan viejo como la propia humanidad, pues él como muy pocos simboliza y plasma lo mejor del espíritu humano: la libertad… Aparte de toda la enorme influencia musical que pueda haber ejercido, están su profundo sentimiento de libertad desde la independencia, y es ahí donde finalmente concluyo, esa ha sido su mayor influencia para mí, yo que soy cineasta, que no soy músico, que no soy cantante, que no soy poeta, que no soy líder, creo que he llegado a ser independiente y libre como creador gracias a Dylan, a su inspiración, al ejemplo de su obra y de su vida, a ese sentimiento profundo de libertad e independencia tan difícil de mantener, que no se apodere nadie de tu alma, que no pertenezcas a nadie, solo a la vida y al viento… Ese viento al que Dylan le pedía respuestas en “Blowing in the wind”, ese viento metafórico, inspirador, ese espacio intangible e inmaterial, donde se mueven las cosas del alma, el espacio del ausente que metafóricamente utilicé en el título de mi primera película, “Los hijos del viento” donde se mueven los parias de la tierra, como los personajes de mi película, perdidos pero buscando, el amor, una nueva vida, rozar la felicidad a pesar de ser carne de cañón, perdedores vapuleados una y otra vez por los vaivenes de la vida… Ese fuerte viento purificador que inspiró también el nombre de mi productora “Vendaval Producciones”… También, humildemente, desde mi posición de cineasta independiente, incombustible, inclasificable e incomprendido, creo que he llegado a rozar la personificación del arte dylaniana, que mi vida y mi obra se confundan, que sean vasos comunicantes, que no se entienda la una sin la otra, ni la otra sin la una… ¡Crear desde la conexión con la vida!, gracias a ti, a tu ejemplo, a tu espíritu, a sentirte siempre a mi lado… Feliz cumpleaños Dylan, que sigas por siempre forever Young…

Publicado 24th May 2011 por merinero

MOVIMIENTO 15M


Durante esta agitada y apasionante semana pre electoral he seguido con interés creciente todo lo dicho y/o escrito sobre el movimiento 15M, y una de las cosas que me llama la atención es que desde la mayor parte de los medios se da el tratamiento a los manifestantes, convocantes, participantes, etc… de este movimiento social llamado 15M de jóvenes, chicos, muchachos; y, efectivamente, tienen razón esta vez los medios de comunicación, si vas a la Puerta del Sol, como yo he ido y te adentras en las entrañas de ese campamento libertario, sólo ves jóvenes, jóvenes de veinte años, otros de treinta, también de cuarenta, por supuesto que hay jóvenes de cincuenta, hasta de sesenta, setenta y ochenta, incluso alguno de noventa… Todos son jóvenes, no hay nada más juvenil que la ilusión, la inquietud por el mañana, por el futuro, por todo aquello que vendrá y ha de venir… Y si algo aglutina cada vez más a todos los jóvenes que se concentran en Sol y en tantas otras plazas, físicas y metafóricas, es el deseo de un nuevo mundo, que es posible, como la utopía, extirpada a fuego lento durante décadas de nuestras conciencias y de nuestro imaginario colectivo por todos los poderes fácticos y reales, y que hoy en día renace esplendorosa, la utopía de la puerta del Sol, porque la puerta del Sol ha de ser la puerta por la que entre de una vez el aire puro que ahogue la atmósfera nauseabunda en la que parecíamos estar habituándonos a vegetar colectivamente, la puerta del Sol ha de ser el símbolo no solo de la indignación, porque sí, es verdad, también aciertan los medios al decir que están indignados, sí estamos indignados, muy cabreados con nuestra clase política y económica, seguramente incluso judicial y periodística, pero por encima del malestar, pienso que ha de primar el espíritu revolucionario para pasar a la acción, que Sol no sea solo un espacio de indignación y reflexión, sino, acto seguido, de inmediato, y por encima de todo, de regeneración, de refundación democrática… Casi todo lo que reivindican es coherente, justo, actual, legítimo y sobre todo moderno… Sería maravilloso para esta España, que no gozó de la Ilustración, que naufragamos en una guerra civil, que no conoció el mayo de París, y que lo más subversivo que hemos creado en nuestra reciente historia fuera la transición democrática, timorata y ya anquilosada, pidiendo a gritos una revisión legal, o la movida madrileña, más lúdica que política, no olvidemos que se burlaban de los progres y aspiraban a ser un bote de colón y salir anunciados en televisión… Retomando el hilo, sería maravilloso para esta España, “mi querida España” como decía la canción de Cecilia, que la Puerta del Sol fuera el estandarte, la llama que prende la mecha de las revueltas y los cambios sociales y políticos en las llamadas democracias occidentales, susceptibles de ser muy mejoradas actualmente y adaptarlas a los nuevos tiempos del espíritu, y de la humanidad, más conectada que nunca y más dispuesta que nunca a que el pensamiento no sea único sino plural, muy plural, no solo blanco o negro, llámese bipartidismo entre otras hierbas, y a que la aldea global sea un valor humanístico, que una conciencias y voluntades humanas, no solo mercantiles y financieras, como hace hasta ahora esa aldea global insaciable… El anhelo de auténtica justicia social no va a partir nunca de los mercados que nos gobiernan ni de los políticos que trabajan para ellos, sino de la buena gente, de la masa social que se ha sentido estafada por aquellos que teóricamente les representaban, por ello gritan a coro miles de personas en Sol que no les representan, los políticos al uso ya no representan a la gran masa social, se han olvidado y distanciado de ella, se han alejado de la realidad, de la calle, de la vida. Afortunadamente los que “gobiernan” en Sol no son los antisistema al uso que revientan o tratan de hacerlo, las reuniones del G20, sino jóvenes de toda edad y condición, respetuosos, educados, concienciados y preparados, tanto moral como intelectualmente, hartos de que nos tomen por tontos, de que nos den una cosa por otra, de que no se cumplan las promesas políticas, de que gobiernen los mercados, de que solo prime el dinero y el beneficio económico en esta sociedad enferma… La refundación democrática ha de traer consigo el humanismo y la ética, valores que seguro aglutinan y reúnen a unos ciudadanos que tengan la edad que tengan vuelven a ser jóvenes al creer por fin, todos juntos, por si mismos, en un futuro que les niegan los políticos, los banqueros, los mercados de capital, los fondos de pensiones, etc… etc… y toda la engañifa que ha resultado ser la sociedad de consumo que solo vende frustración para el noventa y tantos por ciento de la población, y no felicidad real, auténtica… Las trampas han sido muy evidentes, se ve a los tramposos, pero siguen jugando, no hay más que ver la película “Inside Job” y descubrir que los que trabajan de asesores económicos de Obama, son los mismos que provocaron la crisis financiera y se hicieron multimillonarios a costa de los incautos ciudadanos que confiaron en ellos; en fin, todos esos tramposos, siguen jugando, repartiendo las cartas y quedándose la mejor parte, pues como dice el dicho: “quien parte y reparte se lleva la mejor parte”… Ellos, todos esos tramposos, no se han conformado con la mejor parte, se han querido llevar toda la parte, a plena luz del día, con la cara descubierta y una cínica sonrisa que se burla de ti, llamándote bobo en silencio… Ojalá, ojalá que como decía el maestro, que el día 24 cumple los setenta y sigue “forever young”, decía en 1963, “Los tiempos están cambiando” ojalá que de nuevo peguen los tiempos un buen giro del destino y la sociedad que vaticinó Orwell nunca llegué, quizás sea este un buen momento de poner los nuevos cimientos sociales para un nuevo orden mundial… ¡Soñemos de nuevo con la utopía posible!

Publicado 21st May 2011 por merinero

El espectáculo del fútbol

La verdad es que me da un poco de pereza escribir sobre fútbol, pero bueno, sin que sirva de precedente haremos una excepción para hablar de cosas prosaicas, lo mismo hasta resulta divertido y, por otra parte, tampoco el tema anda tan alejado de los que habitualmente se tratan en este blog de vida inmaterial, más relacionados directamente con la cultura, el arte, la condición humana, y demás hierbas… vamos, elevados y graves temas, porque, pensándolo bien, el fútbol, gracias a los eufemismos del lenguaje y a los estómagos agradecidos de una cierta corte de periodistas mediáticos, ha adquirido la condición de arte, pues elevan a esa categoría, de ARTE, determinadas jugadas, remates, pases, cabezazos, goles, que antes, tiempo ha, eran solo grandes jugadas, grandes aciertos, perfectos desmarques, o golazos simplemente… Probablemente esa subida de rango no obedece a fines perversos relacionados con el embrutecimiento colectivo, o el imbecilamiento masivo que diría el gran Ernesto Sábado, justo hoy desaparecido, vaya mi recuerdo y admiración hacia el autor de “El túnel”, sino simplemente al objetivo de apuntalar definitivamente al deporte rey como la primera necesidad del ser humano, consumir fútbol a todas horas, todos los días, todas las semanas varios partidos del siglo, porque indudablemente son un gran negocio, el gran negocio del espectáculo del fútbol ligado a la publicidad, creo que si no rodeara al deporte rey toda esta mitología de árbitros vendidos, errores arbitrales, lesiones, tarjetas, expulsiones, fantasmas de corrupción, contratos multimillonarios, fichajes de escándalo, cláusulas de rescisión de quitar el hipo y nóminas cinco estrellas super lujo, ¿qué sería de los cracks…? El primero en hacer un anuncio creo recordar que fue Johan Cruyff, unos slips en concreto, muchos puristas pusieron el grito en el cielo, don Santiago Bernabéu y personajes así, que por cierto, don Santiago no iba nunca al fútbol, estaba siempre en Santa Pola, y no le sacaban casi nunca en los medios, de repente una entrevista en el Marca al año, mientras pescaba en aquel pueblo del litoral levantino… ¡Igual que hoy con los presidentes…! Bueno, retomando el hilo de los anuncios publicitarios, ahora hay un montón de futbolista que se sacan un sobresueldo con ello, han desbancado a los actores en esos menesteres, también en el del divismo, antes los divos eran los actores y los cantantes de moda, unos y otros eran los grandes ídolos de las nenas, de las quinceañeras, ahora no, ahora son los futbolista, atraídas más que por su belleza, carisma, su elocuencia verbal o su inteligencia, por sus músculos, coches deportivos y cuentas corrientes, supongo… Es el signo de los tiempos, a las mujeres ahora les interesa mucho el fútbol, e incluso lo siguen en directo en los bares, sin probablemente muchas de ellas distinguir un fuera de juego, porque no conocen las reglas, no han jugado al fútbol en el colegio, y nadie se las ha explicado, quizás también se estén aficionando porque se pontifica y se le cataloga de arte, lo que hace el Barça de Messi, por ejemplo, o el gol de Cristiano Ronaldo en la final de la copa del Rey, adjetivado por algunos comentaristas deportivos de televisión como auténtica obra de arte, desde la pared entre Marcelo y De María, hasta el vuelo de Cristiano, ¡y qué decir de su remate de cabeza!, vamos, que ni Leonardo da Vinci sumaba tantos dones y prodigios… La verdad es que se les ensalza tanto y tienen tantos focos y micrófonos tras ellos, por delante, por detrás, por encima, por debajo, por los lados (esto parece una orgía, eh), hay una pléyade de periodistas y medios de comunicación pendientes de sus palabras, de las ruedas de prensa de sus entrenadores, Guardiola y Mouriño, nos las meten hasta en la sopa, nunca mejor dicho, todos los días en el telediario, que es normal que se les dispare un poco o un mucho el ego, si medio mundo está pendiente de si toses o no, de cómo has dormido o de tus hábitos defecatorios, (es lo único que aún no les han preguntado, creo), es normal que a uno se le vaya la olla y se crea no solo el rey del mambo, sino imprescindible para el devenir futuro de la condición humana, y si encima te juegas una semifinal de Champions y solo en España te siguen doce millones y medio de personas por televisión, y tienen la paciencia de tragarse un muermazo de partido de fútbol como no se recuerda de malo, sin rechistar, es la prueba de algo, de que la población está enganchada, están pillados, ya son yonquis… En España tenemos doce millones y medio de yonquis futbolísticos, capaces de perder dos horas como mínimo de su vida viendo un coñazo de partido en el que lo único que importa es ganar, ¡el triunfo!, no el espectáculo, entretener, divertir, pasar un buen rato, cultivarte mediante la contemplación de grandes jugadas dignas de ser elevadas no solo a la categoría de arte, sino hasta los altares, ¡ya ves, tú!, como si fueran milagros de la naturaleza, trenzar una buena jugada entre profesionales salvajemente bien pagados y que entrenan todos los días para ello, ¡joder, debían hacer jugadas portentosas continuamente!… Pues no, el objetivo del fútbol es triunfar, ganar el partido… Se imaginan concebir, realizar y producir una película de cine con el único objetivo de ganar premios en festivales, ¡qué horror! Los objetivos del arte son los que hemos mencionado hace un momento: ofrecer espectáculo, entretener, divertir, concienciar, pasar un buen rato, cultivar mediante la contemplación de grandes obras del pensamiento, la reflexión o la expresión humana, aparte de servir de vehículo de comunicación y de conocimiento entre los de nuestra especie (a los marcianos aún no les llega la señal), en fin, sin ánimo de ser pedante, dicen que el arte es la expresión del espíritu humano; en el fútbol no hay espíritu que valga, solo hay carne, y carnaza, generalmente cruda… por mucho que algunos comentaristas tilden de arte a ciertas jugadas y goles, el objetivo de los hombres del fútbol, de sus profesionales, es ganar, y es normal, no es una actividad artística sino competitiva… Es por ello, al llevar al paroxismo ese axioma, que a Mouriño no le importa aburrir a su público, incluso humillarle, al igual que a sus futbolistas, forzándoles a aparecer a los ojos de cualquier mortal como unos inútiles futbolísticamente y unos fracasados, no importa, todo ello en aras del objetivo máximo: ganar… Pero es tan importante ganar, ¿a cualquier precio?, ¿por qué?, preguntaba una y otra vez Mouriño, en la popularísima rueda de prensa, ¿por qué se le ayuda al Barça?, pretendía, por una expulsión seguramente injusta, para afirmar que a él le daría vergüenza ganar una Champions con escándalos arbitrales… Tiene razón en parte, si uno gana ayudado descaradamente por los árbitros debía ser vergonzoso, y al Barça en aquella semifinal contra el Chelsea, la verdad es que le ayudó el árbitro, quizás sin darse cuenta (errar es humano), pero también debiera dar vergüenza ganar o intentarlo al menos, haciendo el antifútbol, destruyendo y solo destruyendo, con consignas sanguinarias, pues sus futbolistas parece que más que salir al campo a jugar al fútbol y a crear jugadas interesantes, en el famoso partido de la Champions contra el Barça, salían a asustar al rival, como si el Bernabéu fuera el circo romano, el circo máximo, y ellos, los de Cristiano, fueran los leones, que quieren devorar a los cristianos (Messi and company)… Seguramente sería mejor perder cinco a cero pero con dignidad, saliendo a jugar bien y a construir… En fin, creo que de nuevo el cuarto poder, ¿cuarto?, ha hecho un flaco servicio a la humanidad, y no lo digo por dedicar exponencialmente veinte veces más de tiempo a las palabras de Mouriño que a las de Ana María Matute recogiendo el premio Cervantes, pues coincidieron en día, sino por alimentar el espectáculo del fútbol de la manera que lo llevan haciendo últimamente con clarísimos intereses comerciales y mercantilistas, no me atrevo a decir que con intenciones embrutecedoras de la masa poblacional, lo que ha provocado que hasta las mujeres sensibles e inteligentes se aficionen al fútbol y vean los partidos, admiren a Cristiano Ronaldo, Messi, Casillas, etc… y sigan sin pestañear las ruedas de prensa televisivas de ególatras absolutos como Mouriño, que ha creado un selecto grupo de entrenadores formado solo por él, que solo les interesa ganar si todo el mérito recae en él y solo en él… Ha enfermado el hombre, tiene complejo divino… Bueno, creo que ya es suficiente, me agota este repaso a dos perversiones, la del lenguaje de los periodistas deportivos y sus eufemismos denominando como arte algo que es otra cosa, y la perversión del egocentrismo exacerbado que te lleva a creerte un héroe mitológico que gana los partidos solo con sus tácticas y motivaciones, menos mal para Mouriño que en la final de la copa del Rey Casillas hizo unas cuantas grandes paradas, que si no habrían perdido también. En fin, unos y otros, con sus perversiones y salidas de tono han convertido el espectáculo del fútbol en todo un espectáculo, quizás un espectáculo ruin, pero vaya, el circo romano también lo era… y encantaba a las masas, ¡Viva la evolución…!

Publicado 1st May 2011 por merinero

La mirada libre

Decía Billy Wilder que hacer una película es como entrar en una habitación a oscuras y lograr que poco a poco se vayan encendiendo lucecitas hasta que se hace la luz total… Siempre me pareció muy buena metáfora, esa especie de viaje hacia la luz… Un día descubrí que no hay mayor libertad individual que la sinceridad, el hecho de decir siempre la verdad de lo que se piensa le otorga a uno la libertad absoluta, pues la esencia de la libertad viene constituida por la coherencia personal, un ser humano puede vivir entre rejas pero sentirse libre, y ese sentimiento íntimo le hace ser libre; por el contrario, un ser humano que vive en aparente libertad, pues se mueve por donde quiere sin dar explicaciones a nadie, puede paradójicamente sentirse preso de sus propias mentiras, esas que él conoce bien pero que necesita seguir escondiendo al mundo, actividad mental que le impide alcanzar el bien supremo de la libertad, pues no hay mayor condena que ir diciendo por ahí lo contrario de lo que se piensa, ser hipócrita, una manera, sofisticada si se quiere, de mentir.

Últimamente en el cine español parecen soplar vientos de libertad, empezando por el aún hoy presidente de la Academia, el director Alex de la Iglesia, quien otrora presumía públicamente de ser cínico e hipócrita, ha pasado por arte de magia, casi circense, en homenaje a su última película, a ser el adalid de la libertad, y necesitar decir lo que piensa, a no poder callarse vamos, pese al cargo representativo que ostenta. A pesar del revuelo que ha suscitado, humildemente considero que no debe nunca arrepentirse de ser sincero, pues en mi opinión, eso le hace ser libre, y no hay bien más preciado que ese: la libertad. Libertad y sinceridad creativa que ya estaban en los geniales títulos de crédito de inicio de su “Balada triste de trompeta” cuando tras cada nuevo icono de organismo, institución o televisión, se escucha una nueva y renovada carcajada. Me pareció un ejercicio genial de altura artística, mofarse, en el fondo y con festiva sutileza, de quien te da de comer… Un acto surrealista digno del mejor Buñuel, ese icono del cine y del arte universal que nació en España pero que proyectó su mirada libre al mundo principalmente desde otros rincones, sin olvidar nunca su origen baturro, ese que le impregnó seguramente de su genial talante. La mirada libre de Buñuel me parece el máximo ejemplo de sinceridad, de libertad fílmica y humana que se pueda dar; su obra, siempre despojada de maniqueísmos, de moralinas, mensajes y de subterfugios morales para complacer al gran público o al bien pensante… Nada, nada de eso, ejerció su apostolado desde la absoluta libertad, quizás fantasmagórica, pese a las continuas trabas e incomprensiones que encontró en su camino, ya sea en España “Las Hurdes”, en Francia “La edad de oro”, destrozaron la sala y prohibieron el film, en Estados Unidos, le echaron por comunista, hasta llegar a Méjico, donde culminó unas cuantas obras maestras incontestables, pero tanto éstas como otras de menor enjundia, fueron obras personales, sinceras, que proyectaban su mirada libre sobre el mundo y sobre los seres humanos hasta crear un fresco luminoso sobre la condición humana, seguramente sin parangón en la cinematografía universal, al menos hasta la fecha… Su cine, sus ciclos en la televisión pública, abrieron mis ojos casi adolescentes; si no fuera por haber visto estupefacto y lleno de admiración creciente todo el ciclo de Buñuel en Méjico, yo sería aún más necio de lo que soy, y, desde luego, tampoco hubiera intentado nunca dedicarme al cine. Otro de los grandes culpables de que me animara a soñar con hacer cine algún día, fue el primer Almodóvar, la contemplación de todas sus primeras películas, hasta “Mujeres al borde de un ataque de nervios” eran para mí un auténtico ejercicio de provocación y de libertad, de libertad creativa y de pensamiento, me parecía genial su franqueza, su enorme sinceridad y por ende, según he explicado antes, su suprema libertad… Tras “Mujeres…” no he vuelto a sentir esas sensaciones, pero quizás es por incapacidad mía.

Sin tener el genio de los directores citados, ni seguramente sus cualidades artísticas y técnicas, he tratado de hacer películas desde la más absoluta libertad, sin moralinas, mensajes ocultos ni maniqueísmo alguno… Creo haberlo logrado, he sido sincero al menos, puede que hasta demasiado: por sus obras les conoceréis, y yo me retrato en todas y cada una de ellas, para bien o para mal, soy así, no lo escondo… Ser sincero en la vida y ser sincero en el cine me hace libre, y creo que no hay mayor alegría que sentirse libre de verdad. Por ello me congratulan enormemente estos vientos de libertad que parecen soplar por nuestro plató cinematográfico patrio. Otro ejemplo de lo que digo, también muy reciente, está en un artículo de Isabel Coixet en el diario El País, donde abogaba por hacer solamente las películas en las que se cree absolutamente y empeñarse en hacerlas desde los mayores postulados de libertad posibles, dos loables pretensiones que encierran eufemísticamente, creo, el deseo de ser más sinceros y libres como creadores cinematográficos, con independencia de los medios con los que se cuente, pues llega a proponer hacer cine con dinero o sin él, desde la absoluta libertad que otorga ser sincer@. Postulados que yo defiendo desde mi primera película, incluso en el 2001 saqué un muy naif decálogo: “películas vivas”, que me ha generado un cierto rechazo por parte del sector más ortodoxo y conformista de nuestra industria, aquellos que te huyen y niegan como si estuvieras apestado, únicamente por atreverte a hacer películas con mucho corazón y sinceridad, pero con muy pocos medios, no tanto por elección propia sino por permanente negación de los mismos.

Está muy bien lo que plantea la directora catalana, a mí al menos me lo parece, nunca es tarde para redimirse, y pensar de una vez que no hace falta una millonada de euros para hacer un film notable. Estoy muy de acuerdo con ella, seguramente haya llegado el momento para todos de hacer películas más sinceras, solo aquellas en las que creamos absolutamente, en lo que no estoy tan de acuerdo con Isabel Coixet es en que el cine ya no tenga influencia alguna sobre la gente en la forma de modelar sus puntos de vista sobre la vida, el amor, la política, etc… Puede, efectivamente, que dicha influencia se haya amortiguado mucho con respecto a otras épocas, pero eso no quiere decir que el fenómeno no se vuelva a dar, y que el cine no vuelva a ser fundamental, incluso pienso que el ciclo se puede invertir, precisamente con esa receta que da ella, la de centrarnos más en lo que sinceramente creemos absolutamente, y menos en los fuegos fatuos de artificio del entretenimiento por el entretenimiento que con frecuencia nos distraen del camino hacia la luz. Seguramente haya llegado el momento de que seamos revolucionarios. Volviendo a Buñuel, dejó dicho que el sentimiento más revolucionario de la vida es el amor… Puede que hoy en día, con los tiempos que corren, la forma más revolucionaria de expresión sea la sinceridad. ¡Qué bueno que soplen vientos de libertad!, ¡el último que apague la luz…!

Publicado 5th February 2011 por merinero

LOS GOYA: predicar con el ejemplo

Hace unos días tuvo lugar la entrega de los premios José María Forqué, que organizan y votan el colectivo de productores cinematográficos españoles agrupados en Egeda. Como mejor película del año fue elegida “Buried”. Hay que convenir que el colectivo de productores ha demostrado una coherencia absoluta en esta elección, pues “Buried” reúne todos los requisitos que un productor que se precie adora en una película, a saber: éxito de taquilla, distribución internacional (la más grande en la historia del cine español), sencillo despliegue de producción (está rodada en un solo decorado) y encima para rizar el rizo del planteamiento inteligente, rodada en inglés, el idioma del Imperio, que permite por sí mismo unas posibilidades de ventas internacionales mucho mayores, o lo que es lo mismo, capacidad para abarcar un mercado mucho mayor que el hispano parlante. Para los productores financieros supongo que es más importante que la diversidad cultural la cuenta de resultados.

Semejante coherencia no es fácil que se de en los premios Goya, pues igual que los intereses de los productores están claros, no lo están tanto los de un colectivo tan numeroso como el de los académicos, donde se agrupan desde ministras a maquilladoras, pasando por directores, actores, sonidistas, peluqueros o músicos; un colectivo muy plural que curiosamente vota de una manera muy uniforme, ya que de 115 películas en competencia, tan solo 5 de ellas se llevan el 76% de las nominaciones, otras 12 películas el 24% restante de las nominaciones, y 98 películas se quedan sin ninguna nominación. Resulta un fenómeno cuando menos curioso, que nos debe llevar a pensar sobre los motivos e incluso a reflexionar sobre sus consecuencias a largo plazo. ¿A qué se deberá tanta uniformidad?, ¿a qué en el fondo votan pocos de los 1200 académicos llamados a hacerlo?, ¿a que tienen los mismos gustos?, ¿a qué indiscutiblemente son las mejores películas aquellas a las que apoyan con su sufragio?, pero, ¿tan buenas son como para que acaparen casi todas las nominaciones?, ¿o es que las otras son muy malas?, ¿es lógico que las llamadas a ser la mejor película del año, la mejor dirigida y escrita, sea a la vez la mejor fotografiada, la mejor decorada, aquella en la que mejor se ha registrado y mezclado el sonido, la mejor montada, producida, vestida, peinada y maquillada? Todo esto sucede, luego es posible, como también lo es el hecho de que semejante uniformidad se pueda deber a que se quiera complacer al público votando masivamente a las pocas películas a las que el público español ha otorgado su plácet, o quizás se pueda deber a que se vota a las más mediáticas y publicitadas, que inexorablemente son las más vistas, o lo que sería aún más grave, a las únicas vistas mayoritariamente por el colectivo de académicos, pues resulta harto complicado entender que de entre tanta película no haya ninguna que destaque a los ojos expertos de los académicos, en categorías como por ejemplo el montaje, ¿por qué nunca es nominada a mejor montaje una película documental?, género en el que brilla mucho más el montaje que en la ficción. Da la sensación de que en los Goya, el que haya tanta uniformidad en los votos, no es tan coherente como el voto de los productores de Egeda, pues seguramente un colectivo como el de los académicos del cine, tan plural y por ende con intereses y sensibilidades artísticas muy distintas, debiera apostar por la diversidad, no por la homogeneidad. ¿Cuál será el interés de los académicos?, ¿mantener su trabajo apoyando a las películas más comerciales?, ¿mantener una industria apoyando los films mejores?, ¿mantener una gala espectáculo programa de televisión con aspiraciones de máxima audiencia?, o muy al contrario, ¿será un ideal romántico y simple como su amor al cine? Tanto si es una motivación pasional como racional, lo lógico sería apostar por un mayor número de películas nominadas, y desde luego, si se ama el cine, ver también un gran número de películas españolas, las nuestras en definitiva… Por eso resulta triste cuando no patético, comprobar que los académicos no van a los pases especiales que se organizan para ellos, salvo de las ya tan referidas películas mediáticas. Si el colectivo de académicos se viera todas las películas o una inmensa mayoría de ellas, seguramente nos encontraríamos con la sorpresa de que se reparte mucho más el juego de los Goya, puede incluso que hasta con la sorpresa de que no son las más mediáticas, famosas y comerciales las llamadas a ser la mejor película… Puede incluso que esa sorpresa fuera mucho más interesante para el público y para la industria del cine, la sorpresa de que hay películas notables, incluso sobresalientes (yo este año he visto varias sin nominación alguna) que no han llegado al gran público, ni siquiera al pequeño… Sí, seguramente esa sorpresa sería mucho más beneficiosa para la industria cinematográfica española, que la sorpresa de que Almodóvar aparezca por sorpresa en la gala para su propia gloria y campaña de publicidad permanente, que a la postre no redunda más que en su propio beneficio, en el de aquellos que trabajan para él, en el de Alex de la Iglesia que sabe apuntarse tantos de prestidigitador y en el del youtube, pues lo colgará mucha gente y recibirá miles de visitas para ver en la gala de la Academia a alguien que se largó de ella y que, a día de hoy, por mucho que se le pelotee, no ha vuelto…

Me temo que como colectivo de académicos no estamos legitimados para quejarnos públicamente de que nuestro público no vea nuestras películas, pues seguramente les estamos imitando, incluso puede que no se sepa qué cosa fue antes, si el huevo o la gallina, puede que el mal esté dentro, que no haya que buscarlo en ningún otro sitio…

Quizás haya llegado el momento de que nos toque predicar con el ejemplo, ver más películas españolas y dar importancia al voto, ejerciéndolo con responsabilidad y criterio, lo que sin duda llevaría a apostar por la diversidad, porque dar el mismo refrendo en los Goya que en la taquilla puede ser contraproducente. Imaginemos por un momento que nuestro público cada vez ve menos películas españolas, y que aquellas que a la postre van a ver, seguramente porque son las más publicitadas, no le han gustado tanto como creemos (una cosa es pasar por taquilla y otra sentirse afortunado al dejar la sala), sigamos imaginando por un momento, que se puede haber sentido incluso defraudado cuando no estafado, imaginemos que ha salido del cine con un mosqueo tal que jura no volver a ver una película española, imaginemos por un momento que precisamente alguna de esas películas que echan a nuestro público natural de las salas, es la que barre en los premios más prestigiosos que conceden los profesionales del cine: los Goya… Seguramente es mucho imaginar, pero sinceramente estimo, desde mi amor al cine y desde mi posición de académico que ve prácticamente toda la producción nacional, que el voto imperante del famoseo mediático puede llevarnos tarde o temprano a dar la mayor parte de los premios Goya a una película infame, que técnicamente puede estar muy lograda, pero que atenta gravemente contra el espíritu humano, y puede que ello nos lleve a perder definitivamente el poco crédito que nos quede ante nuestro público natural… Esperemos que no sea este año…

Publicado 21st January 2011 por merinero

El viaje de Penélope

El barco de Ulises zozobra, naufraga de puro vértigo pues está próximo el tiempo de echar el ancla, de amarrarse de nuevo a su Ítaca mítica, puerto glauco y calmado… Fueron muchos los cantos de sirena, demasiado intensos para no darse de bruces con el silencio de la ausencia, demasiado sensuales como para no sucumbir a la tentación de la carne, demasiado cíclicos como para no salir de Estocolmo con un síndrome bajo el brazo, demasiado ásperos como para que no te zumbe el oído durante años, demasiado inquietantes como para que no te pique el incisivo aguijón de la curiosidad y el delirio, demasiados demasiados como para que nada haya cambiado en el rudo corazón de Ulises, el héroe del arco y las flechas, Odiseo, el astuto, vuelve a casa, a ese reino sin coronas ni espinas de donde nunca debió partir, al menos sin rasgar antes su mortaja metafórica, hecha hoy poesía y carne, la misma carne lírica que subasta su venerada Penélope entre las ruinas del mercadeo descorazonador del frágil poema que nunca culminaron juntos, tras esa ruptura, tras esa quiebra en sus vidas que separó sus cuerpos allende mares imprecisos de niebla y paja, pero no sus almas, barbechos de elevada fidelidad, ausentes y presentes de futura energía cósmica, esa que tiembla, tartamudea y languidece ante la emoción del verso desvelado tras la mirada profunda de la Penélope que ama y ama, sin esperar otra cosa de su amor que su presencia espiritual, más allá de cualquier prenda, cultivo o traición, el vértigo de ambos corazones naufraga de esplendor, logrando de por vida ser uno siendo dos… cuando el amor se derrite de pasión, el tiempo y el espacio no son más que mera ilusión, como en esta película de EL VIAJE DE PENÉLOPE, odisea fílmica a lo largo de años que llega a los puertos españoles el 29 de octubre… Ulises, ya puedes respirar hondo, Telémaco te reconoce y Penélope… Penélope es Penélope, la que siempre está ahí… esperando…