semblanza cinematográfica

Tras diferentes andanzas universitarias y profesionales acaba encontrando su camino en su pasión infantil por inventarse sus propias historias, repletas de personajes y darles vida, desarrollo y muerte en su fuerte privado; esa pasión juvenil por inventar y crear historias, fábulas propias, unida a la fascinación que pronto encuentra en la imagen fija y sobre todo en movimiento, le lleva irremediablemente a desear hacer cine… Provisto inicialmente de una cámara de súper 8, una moviola y un proyector, empieza a coquetear con esa idea en los albores de la movida madrileña… Pronto abandona el páramo autodidacta para adquirir formación docente, estudiando tanto cine como fotografía y teatro en el taller de las artes imaginarias de Madrid desde 1984 hasta 1990, con maestros como Antonio Drove, Miguel Picazo, Alberto Miralles o Fernando Arribas; que compagina con cursos y seminarios en el Círculo de Bellas Artes, sobre dirección, montaje  y creación cinematográfica con profesores como Jaime Chávarri, Pilar Miró, Román Gubern o Pablo G. del Amo. En 1990 hace un curso de interpretación actoral con John Strasberg en el Proyecto Piamonte, al tiempo que en 1990-91 estudia un máster en guión cinematográfico en la Universidad Autónoma de Madrid, con profesores como José Luis Borau, Mario Onaindía, Fernando Lara o Carlos Heredero. Durante la década de los ochenta compagina su formación docente con la producción de cortometrajes en múltiples formatos, desde súper 8 a 35mm pasando por vídeo Hi8, U-matic y Betacam SP. De esa época son cortos tan celebrados como «Raíles de Sangre» rodado en 1990, y que fue seleccionado en la sección oficial del festival de San Sebastián, o para inaugurar tanto el salón de la imagen del círculo de Bellas Artes como la del Ateneo de Madrid, fue estrenado comercialmente en los cines Renoir y elegido por la filmoteca española para formar parte de la selección «Mejores cortos de los ochenta», una parábola poética sobre el dolor y el gozo del amor. Otro de sus cortos en 35mm de aquella época fue «Una buena razón para vivir o morir» premiado en la semana de cine español de Carabanchel, o «Rubia sobre rubia» y «Cinco mujeres a todo gas» ambos seleccionados para la muestra del Museo Reina Sofía «Visionarios españoles». Otros cortometrajes muy premiados, fueron los cortos en súper 8 «Te moriré siempre (con nuestras propias manos)» y «Pisa moreno» primer premio de cine súper 8 a nivel nacional en 1990, ambos estrenados en los míticos cines Alphaville. Otro de sus cortometrajes más celebrado, esta vez en 35mm, fue «Háblame bajito» premiado en el festival de cine español de Málaga, en Alcances (Cádiz), o a nivel internacional en Houston (premio especial del jurado) entre muchas otras distinciones.

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En el campo del largometraje, estas son sus incursiones por el momento: «Los hijos del viento» 1995, donde aparte de producir el film, lo escribió, dirigió y protagonizó… Rodado íntegramente en la isla de Gran Canaria, contaba una historia de amor imposible, con mucha autenticidad y fuerza dramática, que no pasó desapercibido para la industria cinematográfica internacional, pues tras su selección en la prestigiosa Semana de la Crítica del Festival de Cannes, donde optó a la Cámara de oro y obtuvo una excelente acogida de la crítica internacional, concursó en multitud de festivales tanto nacionales como internacionales, desde Montreal, a New York, pasando por Londres, Karlovi Vary, San Sebastián, etc… Pese a ser solicitada por los grandes festivales internacionales costó mucho estrenarla comercialmente en España y fue distribuida de forma muy minoritaria. Canal Plus adquirió los derechos de emisión del film. Debido a los contactos que hizo Merinero viajando por el mundo con su primera película, pudo gestar una coproducción España, Francia, Italia para su segundo film: «Agujetas en el alma» de 1997, donde Merinero se reservó únicamente a nivel interpretativo una escena de cameo con la actriz Carme Elías, otorgando el personaje de su alter ego al actor Martxelo Rubio… La cinta pertenece al género de cine dentro del cine, y tiene mucho de meta lenguaje y de poética fílmica, analizando sin glamour pero con mucho amor el proceso de preparación de una película desde postulados humanos y pasionales. Compitió en festivales internacionales de primera categoría como Estambul o El Cairo y fue premio especial del jurado en la Eninci de Burgos. Distribuida por Amanda Films en las principales ciudades españolas y emitida por Canal Plus que adquirió los derechos de emisión, al igual que los de su tercera película, «Casting» de 1998, también en torno al mundo del cine, pero desde la óptica documental, dándole al proceso de elección del reparto una naturaleza eminentemente psicológica y tanta carta de naturaleza como para ser el tema de la película. El film, distribuido por Diorama, fue premiado en el Festival de Alcalá de Henares y compitió en otros internacionales como Huelva o Manheim-Heidelberg (Alemania). Con su cuarta película, «La novia de Lázaro» de 2002, da un paso importante en su experimentación fílmica, al acuñar el término de «película viva» esa rodada sin guión cerrado y que avanza por líneas paralelas a la propia vida. Vida y creación se mimetizan formando un ente autónomo. La película seguía los pasos de Dolores, la novia de Lázaro, ambos cubanos, por un Madrid hostil… Una historia de almas perdidas y de intentos de redención a  través del amor, del sexo o de la maternidad… Una historia muy dura, rodada por Merinero cámara al hombro y con escenas de alto voltaje erótico al incluir por primera vez en el cine español sexo explícito en un film comercial… La cinta tuvo su prémière en el festival de cine español de Málaga, con una gran y unánime acogida de la crítica. Tal éxito, más el premio a mejor interpretación a Claudia Rojas, provocó que tuviera una más que aceptable distribución así como emisión televisiva en Canal Plus y el DVD fuera distribuido por Cameo. Su quinto largometraje volvió a ser de carácter documental, esta vez siguiendo por la geografía española los pasos de uno de sus ídolos: Bob Dylan, en 2006. De nuevo la prémière fue en el festival de Málaga, para posteriormente participar en numerosos festivales nacionales e internacionales, incluso proyectarse en museos como el Artium de Vitoria-Gasteiz. La cinta fue distribuida en salas comerciales por Dionet y en DVD por Divisa. La 2 de TVE lo emitió para celebrar el 70 aniversario del nacimiento de Dylan. En 2007 su nueva película, «Un millón de amigos» inaugura la sección oficial del festival de Málaga con el marchamo de «película sorpresa». Se trata de la segunda «película viva» de Merinero, donde ahonda en ese tono a mitad de camino entre la realidad y la ficción, para, en un tono tan filosófico como jocoso, dar voz al personaje de Javier Jurdao, iluminado de la vida y genio del humor. La cinta no fue muy bien recibida por la crítica y tuvo un estreno muy reducido, en Madrid, Barcelona y Valencia únicamente. En su emisión en la 2 de TVE, pese a ser de madrugada gozó de un índice de audiencia muy superior a la media. Para su séptima película, Merinero cambia radicalmente de registro y adapta «La Odisea» de Homero para traerla a nuestros días de una forma muy libre y personal, pues entre otros hallazgos transmuta los géneros de los personajes, y convierte a Penélope en infiel… La cinta es de 2010 y se titula «El viaje de Penélope», se centra en la intimidad de Ulises y Penélope así como en el viaje interior del personaje de Penélope, interpretado por el propio Merinero. En el terreno interpretativo los actores adoptan un tono grave y teatral, alternando lo épico con lo grotesco con aparente naturalidad. Un tono en las antípodas del hiper realismo o naturalismo exacerbado de sus obras más destacadas como «Los hijos del viento» o «La novia de Lázaro». Ese salto sin red de nuevo no es bien comprendido por la crítica en su estreno comercial, muy minoritario, condenando a un film tan arriesgado al ostracismo. De nuevo resulta incomprendida su octava película, «Haz de tu vida una obra de arte» una suerte de fábula sobre la decrepitud moral de nuestra sociedad actual, que solo puede encontrar su redención a través de la comunicación humana auténtica, al igual que la economía solo volverá a ser justa y moral cuando sea más productiva que especulativa. La cinta se estrena comercialmente solo en 7 salas de España, pese a ello y contra pronóstico, la canción del film titulada «Me ducho en tus besos» con letra del propio Merinero y música de Luis Ivars y Raúl Marín, resulta nominada a los premios Goya.

Entre 2015 y 2016 crea su aventura cinematográfica más osada y exhibicionista, la trilogía «las 1001 novias» formada por tres películas vivas tituladas respectivamente: «Capturar», «Alumbrar» y «Cortar». El propio Merinero especula y mezcla su vida y su obra, su vida sentimental y sus películas, sus amores reales y sus amores ficticios o cinematográficos, para, en una suerte de tríptico ensayo fílmico entre la verdad y la mentira, entre la realidad y la ficción, filmar una especie de terapia sentimental, que a su vez, en su conjunto, puede verse como un fresco sobre el amor y el paso del tiempo.

Las tres películas compiten en muchos festivales internacionales obteniendo numerosos premios, tanto a mejor película como a mejor documental, desde Los Ángeles a Moscú, pasando por París, Israel, Reino Unido, México, Italia, incluso la India. A lo largo de 2017 se estrenan los tres films comercialmente en España, en un circuito reducido. Gracias a la ayuda de la Fundación SGAE se publica y edita un pack con los tres DVDs que es distribuido en 2018 por Cameo Media bajo el título de «TrilORGÍA las 1001 novias». Las tres películas se pueden ver como mini serie en la plataforma Filmin.es

Por el momento la semblanza cinematográfica de Merinero acaba resultando la historia de un cineasta radical en su independencia, que rinde cuentas a sí mismo desde la periferia de la industria a la que se ha visto condenado, para ejercer de francotirador a la intemperie en su propio fuerte, en su propio mundo, quizás el de sus obsesiones más humanas, focalizadas en el amor, el sexo, las relaciones de pareja, la infidelidad, el cine como medio, pasión y lenguaje, o el dinero como símbolo de poder, procurando oficiar el apostolado que supone hacer cine con una mirada entre humanista y enternecedora.

Su obra como cineasta, aparte de los puntuales premios de sus películas, ha gozado de algún que otro honor, como la retrospectiva homenaje que se le tributó en septiembre de 2008 en el círculo de Bellas Artes de Madrid programando toda su obra cinematográfica, o el homenaje que se le tributó en París, en junio de 2012, por la asociación cultural Spagnolas en París, el Instituto Cervantes y el propio Ayuntamiento de la capital francesa.

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